Fuentes radiactivas: ¿Por qué son peligrosas?

Más de medio siglo se practica la medicina nuclear, pequeñas cantidades de material radiactivo se utilizan para diagnosticar y tratar enfermedades tan terribles como el cáncer. Si estas fuentes se manejan en condiciones de seguridad y se protegen adecuadamente, los riesgos de son aceptablemente bajos.

De esta manera, son contenedores metálicos similares a una caja de zapatos que contiene una manija para poder transportarla. Son usadas en la industria para usos relacionados con la medicina, la agricultura, la investigación e incluso la enseñanza, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, en inglés). Si estas fuentes se manejan «en condiciones de seguridad y se protegen adecuadamente», los riesgos de los trabajadores que las manejan y del público general son «aceptablemente bajos».

Por el cual, no dejan de ser peligrosas, si el material radiactivo de la fuente saliera de su sistema de su embalaje, el riesgo para la salud por radiación es alto, de acuerdo con la IAEA, que habla incluso de riesgo para la vida de la persona afectada, podría generar quemaduras que necesitan de intervenciones quirúrgicas o lesiones que tienen efectos debilitadores en las manos. También hay otra clase de riesgos menos peligrosos, como enrojecimiento o irritación de la piel. De igual forma se dan casos de cánceres inducidos por la radiación, algo que ocurre más a largo plazo con las personas expuestas.

Cabe destacar, que la gravedad de las lesiones depende de varios factores: la actividad de la fuente radiactiva, la proximidad de la persona a dicha fuente y el tiempo de cercanía a la misma o si ha habido inhalación o ingestión del material radiactivo.

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