La nave espacial dedicada a Gagarin llega a la EEI

La nave tripulada rusa Soyuz MS-18 llegó hoy sin novedad a la Estación Espacial Internacional (EEI) en una misión dedicada al 60 aniversario del primer vuelo de un hombre al espacio, efectuado por el cosmonauta soviético Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961.

La nueva tripulación entró en la EEI a las 13.20 GMT, algo más de dos horas después de acoplarse a la plataforma orbital.

UN VUELO RÁPIDO Y SIMBÓLICO

“¡Llegamos tan rápido a la estación¡” señaló el comandante de la nave, Oleg Novitski, en una comunicación con su familia en el centro de control de vuelos especiales de Moscú ya desde el interior de la EEI.

La Soyuz “Y.A.Gagarin”, con tres tripulantes a bordo -Novitski y el también ruso Piotr Dubrov, así como el astronauta de NASA Mark Vande Hei-, llegó a la plataforma casi tres horas y media después de su lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) y de completar dos vueltas a la Tierra.

La misión, que comenzó desde la plataforma “Vostok”, el nombre de la nave de Gagarin, no solo está dedicada a su histórico vuelo, sino que también coincide con el 40 aniversario del primer lanzamiento de un transbordador espacial de la NASA, el Columbia.

La maniobra de enganche de la “Y.A.Gagarin” con uno de los puertos del módulo ruso Rassvet se realizó en régimen automático, bajo la supervisión de Novitski, el comandante de la nave.

Tras comprobar el hermetismo del acoplamiento e igualar la presión de la nave y la de la EEI, fueron abiertas las escotillas y los recién llegados entraron en la plataforma orbital.

Antes de acceder al módulo Rassvet, los tripulantes de la “Y.A.Gagarin”, se quitaron las escafandras y se pusieron los monos de trabajo que se emplean en la EEI.

UNA PLATAFORMA CON AFORO COMPLETO

Allí fueron recibidos primero por el cosmonauta Serguéi Rízhikov, quien se fundió en un abrazo con sus compañeros.

Después se sumaron a la ceremonia de bienvenida los otros dos miembros de la misión 64: la astronauta de la NASA Kate Rubins, que llegó a la EEI en octubre pasado y Serguéi Kud-Sverchkov.

También fueron saludados por los tripulantes de la SpaceX Crew Dragon “Resilience”, los astronautas estadounidenses Michael Hopkins, Victor Glover y Shannon Walker, así como el astronauta de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) Soichi Noguchi, que llegaron a la EEI en noviembre pasado.

De esta manera, hay a partir de hoy diez inquilinos en la EEI, que el próximo día 17 serán ya siete, cuando Rubins, Rízhikov y Kud-Sverchkov regresen a bordo de la Soyuz MS-17 a la Tierra.

UN VUELO SIN COMPLICACIONES

“La tripulación se siente perfectamente. Y las palabras más agradables para nuestro oídos son: todo según el plan”, declaró el director de Roscosmos, Dmitri Rogozin, en una rueda de prensa tras comunicarse con los viajeros espaciales.

Novitski por su parte informó a tierra de que “la nave tuvo un comportamiento muy estable” durante el vuelo.

Es la segunda vez, después de la Soyuz MS-17, que una nave tripulada rusa se engancha a la plataforma orbital según el esquema de acercamiento rápido, que contempla solo dos circunvalaciones al globo.

“Planeamos el esquema rápido para todas las próximas misiones tripuladas”, dijo Rogozin, quien adelantó que “posiblemente el próximo año” se intentará llegar a la EEI con un carguero espacial por una trayectoria más corta, tras una sola vuelta a la Tierra.

Una de las principales tareas de los cosmonautas rusos será el acoplamiento del módulo ruso multipropósito Naúka, que se enganchará a uno de los cuatro puertos de módulo de servicio Zvezdá y cuyo lanzamiento está previsto para el 15 de julio próximo.

Con ese fin, Novitski y Dubrov, que inició su primera misión espacial, efectuarán dos caminatas en el exterior de la EEI.

Posteriormente, Dubrov, que junto con Vande Hei permanecerá cerca de un año en la EEI, saldrá al espacio exterior en otras tres ocasiones, acompañado por Antón Shkaplerov, quien llegará más tarde al ingenio orbital.

La Estación Espacial Internacional, un proyecto de más de 150.000 millones de dólares (124.000 millones de euros), está integrada por 15 módulos permanentes y orbita la Tierra a una distancia de 400 kilómetros y una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora.

EFE