Sin embargo, los rumiantes salieron, miraron a su alrededor y, sin pensarlo dos veces, entraron de nuevo a su refugio. La escena resultó divertida para los testigos, que no pudieron contener las risas ante el inesperado final. «Las vacas pensaron que hacía demasiado frío y regresaron al cálido establo», bromeó Bert Bakker, un usuario de Twitter que compartió una grabación del momento.
Bakker asegura que en ese entonces la temperatura era de 6 °C y, aunque en un principio las vacas se mostraron cobardes frente al clima, terminaron por disfrutar de la intemperie, pues normalmente soportan muy bien el frío. «La hierba fresca y el amplio espacio para moverse las hace saltar de alegría», escribió en un tuit posterior, donde incluyó un video «para aquellos que tuvieran dudas».