En 50% cayeron ventas de comidas en restaurantes y puestos ambulantes

La actividad en los restaurantes y en aquellos puntos establecidos para vender comida ha caído en un alto porcentaje en las últimas semanas en Maracay, como consecuencia de varios factores.

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El chicharrón se enfrió por la “Calle del Colesterol”

De acuerdo a la información aportada por propietarios y encargados de esos establecimientos, entre esos factores que han afectado las ventas se puede mencionar, la situación económica por la que atraviesan la mayoría de los venezolanos, con un bolívar azotado por divisas extranjeras, en especial el dólar y la otra razón, la circunstancias que ha ocasionado la emergencia mundial sanitaria por el Coronavirus, Covid-19, como son, el confinamiento y el aislamiento social como medidas para evitar el contagio y la propagación del virus.

Por la experiencia en el negocio, algunos de los propietarios han señalado que las ventas cayeron el 50% en la Semana Santa como referencia a los últimos días, una estimación que ocasiona incertidumbre, en consideración, “a que prácticamente se vive del restaurante”.

Otros en cambio, ofrecen un porcentaje más alarmante, al decir, que sus ventas fueron muy flojas, el 30% si acaso, en unos días donde las personas tratan de darse sus gustos comprando comida de la calle.
Jorge Luis Delgado, encargado del restaurante en La Romana, señaló que en los últimos días la dinámica de trabajo no fue

tan activa como en semanas anteriores. “El poder adquisitivo de las personas juega un rol importante en este caso. Nosotros vendemos bajo el sistema delibery, apegados a las medidas de prevención frente al Covid, pero los clientes poco nos ocuparon”, resaltó.

Delgado indicó que su negocio sigue ofreciendo los mismos platos y de buena calidad, como hervido de pescado y fosforera, pescado frito y a la plancha en sus diferentes especies, entre ellos, pargo rojo, blanco, carite en filet, aguja en churrasco, jurel, róbalo, catalana; además de ello, arroz a la marinera.

“Ajustamos los precios a nuestra realidad, pero aun así, podemos decir que sólo vendimos 50%. Esto no está fácil, mi familia y yo dependemos de este local”, recalcó. Dijo que el negocio acepta las diferentes formas de pago, para facilitar el pago de los clientes, “pero igual, hubo poca solicitud de nuestros servicios”.

Otro caso parecido es el puesto de hervido, ubicado en la avenida Universidad. El señor Nelson Buitriago es muy enfático en sus palabras “esto da miedo. He pensando hasta cerrar el negocio. Fíjense, el sábado de gloria aquí sólo se vendieron 17 sopas, en todo el día. En años anteriores despechábamos en dos días (sábados y domingo) hasta 700 y 800 sopas”.

Buitriago aseguró que la situación económica que vive actualmente el venezolano y el tema del Covid-19 afecta directamente a los restauranteros. “Esta Semana Santa la cosa estuvo difícil, pero esto viene pasando, si del virus estamos hablando, desde hace unos 15 días aproximadamente, cuando se desató la cepa, provocando que todo se parara”, afirmó.

El encargado del lugar señaló que ofrecen sopas de costilla, rabo, pollo y mondongo, apuntando que el último es el más solicitado. “Aquí llegamos a las 7:00 de la mañana y ya a las 10:00 a.m. está todo listo. Pero si observamos la hora en estos momentos, casi es mediodía y las ventas este domingo están muy por debajo del promedio, no venderemos ni siquiera 20 pedidos”, acotó.

Por su parte, la señora América Marín, encargada de preparar las sopas, expuso que durante más de 15 años ha estado en el sitio, puntualizando que es primera vez que son blanco de esta crisis.

“Antes estos ollones volaban, pero de un tiempo para acá comenzamos a preparar en menos cantidad, para evitar que se dañen. Aquí las personas llegan, piden su servicio, pagan y se van de inmediato, cumplimiento con las medidas de bioseguridad, pero llegan a cuentagotas, no es como antes, que ya a las 10:00 de la mañana comenzaban los pedidos”, precisó la dama, quien destacó que los precios que ofrecen son los siguientes: Sopa grande 4$; mediana 3$; y pequeña 2$. Para llevar el cliente tiene que pagar 5$.

Por otro lado, en la avenida Intersan del barrio José Gregorio Hernández, reconocida como la “Calle del Colesterol”, la situación no es diferente, a lo comentando por Delgado y Buitriago. Durante los días de Semana Santa se pudo evidenciar locales cerrados, y los que estaban abiertos, funcionaban a “media máquina”.

“La cosa se ha puesto más difícil en estas fechas, primero la pandemia, segundo la falta de dinero de la clientela, y tercero, la Semana Mayor, ya que el cochino es considerado como carne roja. Todo lo anterior perjudicó las ventas, se pudo ganar peluche con las cachapas con queso, se ofrecen en combos para atraer a los clientes”, resaltó Roberto Rosales.

– Tenemos precios que se ajustan a la realidad de los bolsillos de las personas, que en razón de la verdad todos están estimados a la tasa del bendito dólar, que realmente nos está matando – comentó enfáticamente.

Rosales notificó que prácticamente en la Calle del Colesterol los precios están “estandarizados” en todos los locales. El chicharrón (carne o seco) a 8$ el kilo; la cachapa se ofrece en combos desde 6 hasta 12$; y la harina de chicharrón 2$.

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