Domingo de Resurrección de Jesús: El triunfo de Cristo sobre la muerte

La Resurrección de Jesús es la fiesta más importante para todos los católicos, cuyas pruebas, entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.

Jesús Díaz, párroco de la Catedral de Maracay

Hoy domingo se celebra el triunfo de Cristo sobre la muerte, que abrió con ello las puertas del Cielo; es el retorno del hijo de Dios al tercer día, después de haber sido crucificado.

En la resurrección se encuentra la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?

Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que se enciende el Cirio que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, “cuando Jesús sube al Cielo”.

La situación a escala global por la pandemia declarada por la OMS hace más de un año, ha obligado a los católicos idear alternativas para celebrar este domingo.

Con la festividad por la Resurrección de Cristo se celebra la derrota del pecado y de la muerte

Si bien, no se puede llevar a cabo la misa solemne y la procesión del “encuentro entre la Virgen María y Jesucristo”, en consideración a las instrucciones emanadas por las autoridades de evitar aglomeraciones, los católicos buscan la forma para realizar actividades que simbolizan a Cristo resucitado, en sus hogares, a través de los medios de difusión oficiales y privados, o por las distintas plataformas sociales digitales.

El padre Jesús Díaz, párroco de la Catedral de Maracay, manifestó que la iglesia y la feligresía están preparadas para celebrar “la resurrección de nuestro señor Jesucristo”. – Estamos por culminar la Semana Mayor. Hemos celebrado la liturgia de la pasión del Señor de lo que es la vigilia pascual del sábado de gloria, y por supuesto, la alegría del Domingo de Resurrección – apuntó.

El párroco indicó, “nos ha tocado un año nuevamente difícil, una Semana Santa que tuvimos que vivirla por las redes sociales en nuestros hogares, a través de los medios de comunicación, sin embargo, la iglesia ha hecho un trabajo para llegar a las familias no sólo a través de las muestras de oraciones, sino también, con ese esfuerzo por medio de las distintas peregrinaciones”. Recordó, que el pasado miércoles se hizo la procesión de El Nazareno, bajo medidas de bioseguridad, como una forma de acompañar la creencia de tantos fieles, en especial, en estos tiempos de pandemia.

Este Domingo de Resurrección – dijo el Sacerdote – el Señor nos invita a mirar la realidad desde otra perspectiva. “Una cosa es ver la realidad con ojos humanos y otra cosa desde la fe, la esperanza, desde el amor que nos enseña nuestro señor Jesucristo. Esa realidad con ojos humanos es verla desde el pesimismo, la tristeza y la angustia por todo lo que está pasando, que ciertamente como humanos nos afecta, pero también nos toca ver la realidad a partir de la resurrección del Señor, de los ojos de Dios, ver la realidad desde la lupa de la esperanza de ese amor de Cristo que hace diferente las cosas”, afirmó.

La fecha es propicia para recordar desde la iglesia que el retorno de Cristo es la clave de la esperanza cristiana, expuso, manifestando además, es una luz para que los hombres y cada cristiano sean partícipes de la alegría de la resurrección por medio de la palabra, el testimonio y el trabajo apostólico.

“Debemos estar verdaderamente alegres por la resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo”, precisó.

Para celebrar este día de Resurrección de Jesús, el padre Díaz envió un mensaje de esperanza, ánimo y motivación de saber que “no estamos solos y con la ayuda de Dios iremos superando todas estas adversidades; confiamos, que en algún momento esta pandemia llegará a su fin y nuevamente podremos volver a nuestros quehaceres y actividades”.

RECUADRO

San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”. (I Corintios 15,14). Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.

Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.

La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.

HB. | elsiglo