Música para órgano y vacuna en la catedral de Salisbury

Los momentos más señalados de la vida tienen (o deberían tener) su propia banda sonora, que nos conecte con recuerdos tan memorables como el que supone recibir la vacuna para tratar de frenar una pandemia global.

música l

Pero… ¿cuál es la música adecuada para una vacunación? Eso fue lo que se preguntó el joven organista de la catedral de Salisbury (sur de Inglaterra); John Challenger, que cuenta en una entrevista con Efe cómo ha dado una respuesta en forma de álbum, cuyos beneficios irán destinados al servicio de salud británico (NHS).

El deán de la catedral decidió convertir este edificio gótico del siglo XIII en un centro de vacunación temporal; con la posibilidad de amenizar las sesiones con el órgano centenario del templo, conocido como “Padre Willis”.

La catedral “no es solo es un espacio absolutamente precioso” para recibir la vacuna, sino que, con la música, también “hace que la gente se sienta un poco más bienvenida”, asegura Challenger.

Este templo es uno de los numerosos edificios que han sido reconvertidos en “vacunódromos” en la exitosa campaña de inmunización en el Reino Unido; que ya ha administrado la primera dosis a más de 31 millones de personas (más de la mitad de la población adulta).

UNA EXPERIENCIA ESPECIAL

Teniendo en cuenta que la catedral, el punto neurálgico de la comunidad local, ha estado cerrada al público prácticamente un año, para muchos de los vecinos de Salisbury ha sido especial poder cruzar de nuevo sus puertas, y hacerlo para recibir su vacuna contra la covid.

“Mucha gente entraba por primera vez en mucho tiempo, así que ya era una experiencia especial para muchos de ellos, y además escuchar este órgano tan excelente y música en directo es excepcional en este momento”, narra el organista.

Una auténtica vivencia musical que ya lleva a sus espaldas más de 280 horas de duración y que ha sido recibida de forma muy positiva por la gente de Salisbury, haciendo patente la “importancia de la música” para superar la coyuntura actual, según Challenger.

UN REPERTORIO “FAMILIAR”

La idea de crear un álbum benéfico para el NHS vendría después, gracias “al amigo de un amigo”, el galardonado productor e ingeniero musical Andrew Mellor. “Era tan buena idea que no pude decir que no”, explica Challenger.

Tan solo pasaron dos semanas desde el momento de la propuesta hasta el de la grabación en la catedral de Salisbury; un periodo que Challenger califica de “muy rápido, aunque muy disfrutable”; pues normalmente el proceso de producción de un álbum conlleva un tiempo mucho mayor.

Para este disco, titulado “Salisbury Meditation” (Meditación en Salisbury), Challenger escogió un repertorio “familiar” para la gente; que contrarrestase la incertidumbre del momento actual con obras “relajantes y meditativas” como el famoso “Carnaval de los animales” del francés Saint-Saëns; además de piezas clásicas de Bach, Händel o el británico Edward Elgar, entre otros.

Todas ellas a cargo del “Padre Willis”, un órgano construido por Henry Willis en 1877 y que, a juicio de Challenger, suena “casi igual que cuando él lo ideó”; a pesar de que tuviese que ser reparado en 2019, cuando la catedral perdió su pieza más preciada durante catorce meses.

LA MÚSICA COMO SALVAVIDAS

“Ha sido la recompensa más maravillosa el tenerlo de vuelta en nuestras vidas”, subraya el joven organista, que se encarga de hacer sonar el órgano desde hace 9 años; y se siente “increíblemente afortunado” de llevar a cabo esta labor, especialmente durante la pandemia.

“He seguido empleado y ha habido cosas que he podido hacer, pero no ha sido el caso para muchos músicos, especialmente los autónomos. Estamos en el medio de una crisis real para el arte”, dice Challenger.

El organista, convencido del poder de la música para “transformar vidas”, confía en recaudar con la venta del álbum “tanto dinero como sea posible para el servicio nacional de salud británico (NHS)”; para agradecerles todas las cosas “asombrosas” que han hecho, especialmente en este último año.

Además, anima a todas aquellas personas que no tienen la suerte de escuchar música en directo mientras reciben el pinchazo, a descargarse su “Salisbury Meditation“; en las plataformas digitales y a disfrutar de unos “minutos de calma” tras ser vacunados.

EFE