Software con participación española predice la erupción de un volcán islandés

El volcán Fagradalsfjall, en Islandia, entró en erupción la semana pasada, pero los científicos ya habían logrado identificar los puntos con más probabilidad de salida del magma y hacer simulaciones de los posibles recorridos de las coladas de lava, gracias a un nuevo software con participación española.

Las simulaciones previas se hicieron con un software desarrollado en el marco del sistema Eve, un proyecto europeo de alerta volcánica temprana liderado por científicos del Geociencias Barcelona-CSIC (GEO3BCN-CSIC).

Tanto el punto de erupción como el recorrido de los flujos de lava identificados en las simulaciones coinciden con las imágenes posteriores obtenidas por satélite.

El volcán, ubicado cerca la capital Reikiavik, entró en erupción el pasado día 19, después de semanas de intensa actividad sísmica debido al movimiento del magma bajo la península de Reykjanes y desde entonces no ha dejado de emitir lava y gases por una fisura que mide unos 500 metros de largo.

La erupción del volcán, la primera en casi 800 años en esa zona, está siendo controlada de cerca por el sistema Eve, pues es “una oportunidad única” para probar las diferentes herramientas de pronóstico volcánico desarrolladas por ese proyecto, explica el CSIC.

“Gracias a las herramientas de software que estamos desarrollando, hemos podido elaborar pronósticos en tiempo real sobre la identificación de los puntos con más probabilidad de salida del magma y hacer mapas y simulaciones de los recorridos que seguiría la lava”, explica Joan Martí, investigador del GEO3BCN-CSIC.

Toda esa información se puso a disposición de los servicios de protección civil de Islandia para poder anticiparse a los posibles escenarios planteados por la erupción, agrega el investigador y coordinador principal del proyecto Eve.

Los pronósticos realizados con el software -destaca Martí- “han han acertado plenamente con lo que al final ha ocurrido”, lo que es una “experiencia es muy grata”, pues demuestra que es útil, funciona, puede ayudar a anticiparse en futuras erupciones y a prepararse mejor frente a estos fenómenos naturales.

EFE