“Hay que aprender de los errores”

La Asociación Civil Médicos Unidos de Venezuela, como ONG, nació de la necesidad de liderazgo gremial y de buscar soluciones que ayuden a la grave crisis en materia de salud.

DR. JAIME LORENZO, MÉDICO

El doctor Jaime Lorenzo, director ejecutivo nacional de Médicos Unidos de Venezuela, habló para elsiglo sobre las luchas emprendidas por esta ONG, pormenorizando además otros temas vinculados a la realidad que se vive en el país relacionados al Covid 19, sobre las secuelas que pueda dejar en la colectividad y en los trabajadores sanitarios, refiriéndose a la atención de la salud mental como tema central.

“En efecto, la salud mental es una de las más afectadas, por todas esas experiencias y vivencias registradas hasta ahora, desde que se declarara la emergencia sanitaria en Venezuela hace un año”, refiere Lorenzo, dejando claro que en una encuesta sistematizada por la ONG, se reflejan estadísticas que encienden la alerta, porque no solo subraya las estimaciones de las consecuencias provocadas por el virus, sino también, se evidencian síntomas en patologías como depresión, ansiedad, trastornos sicóticos y otros, produciendo un sospechado y esperado aumento de los casos de trastornos mentales en el mundo y en el país.

“En la encuesta que manejamos se pueden ver los valores de angustia y presión, y lo que digo es en referencia al personal sanitario. Eso no quiere decir que sea el diagnóstico de ellos, pero si son signos que son de alarma para emprender políticas de protección de salud, porque si el personal sanitario presenta estos síntomas, la comunidad en general también tiene esos valores”, aseguró.

El director recuerda, que antes de la pandemia a Venezuela, el país se encontraba desde el año 2014 en una “emergencia humanitaria completa y prioritariamente era sólo el sector salud que estaba comprometido, sino una infinidad terrible de sectores relacionados al funcionamiento del país, en correspondencia a una situación política que nos ha llevado a esta triste condición”.

Si le aunamos a este deterioro que ya venía en toda la infraestructura y los mecanismos de distribución dentro del sector salud, agreguemos la migración forzada de una altísima cantidad de miembros del personal, desde obreros y profesionales de gran nivel, como enfermeras, bioanalistas, nutricionistas y por supuesto los médicos – añadió.

“Nos llega la pandemia y con ello una situación muy difícil, con un personal de salud afectado, muy golpeado, primero por la fatiga física, por estar actuando en condiciones que calificamos de infrahumanas. En segundo lugar, la fatiga mental que significa el cansancio, el miedo, el saber que vas a ir a trabajar sin la protección necesaria, donde puedes contaminarte y puedes contaminar después a tu familia, eso va creando angustia y depresiones en el personal sanitario”, puntualizó.

ENSEÑANZA DE LA PANDEMIA

“Desde el punto de vista de nuestra ONG, nos enseñó lo que no se debe hacer. Como hombres y mujeres de salud, tenemos claro cuáles son los mecanismos que tuvieron que utilizarse para poder garantizar una menor cantidad de personas contagiadas y por ello una menor cantidad de fallecidos, porque teníamos ya la experiencia que observamos de otros países”, apuntó.

Lorenzo puntualiza, que la pandemia se declara en Venezuela en el mes de marzo, pero ya en noviembre, gracias a los trabajos de investigaciones y periodísticos se conocía que existía una enfermedad que pudiera afectar a todo el mundo.

“Ya se conocía que mucha gente moriría por el virus, principalmente los ancianos y las personas que estaban comprometidas con enfermedades de base, es decir, que ya teníamos que estar preparados para poder afrontar esa pandemia”, acotó.

Precisa que en Venezuela no se ha tomado la manera de estimar el comportamiento del virus. “Muy poco ha hecho el Gobierno para tener mayor claridad de lo que está sucediendo; ese paso ayuda a caracterizar la pandemia, porque desde distintos criterios se puede apreciar el comportamiento de la enfermedad, para luego tomar decisiones socioeconómicas y sociopolíticas, y a esto me refiero por todo lo que ha acontecido. Sólo hubo una mirada, sin ofrecer oportunidades de escuchar otras opiniones”, resaltó.

APRENDER DE LOS ERRORES

Lorenzo manifiesta que cuando “aparece” una nueva enfermedad, posiblemente se cometen errores, pese a la experiencia que se tenga en las distintas áreas.

En el área de salud pública, nosotros, cuando estamos frente a una enfermedad nueva, lo primero que hacemos es investigarla, se hacen planteamientos específicos, reuniones y discusiones entre talentos preparados para ello, y se van creando diferentes escenarios para actuar según se vaya presentando la enfermedad. Es la forma de trabajo de la gente de salud pública, lamentablemente en el caso venezolano, no se tomaron en consideración los tres informes que sacó la Academia Nacional de Medicina, donde se plantean las metodologías que se utilizan en situaciones como estas, que permita tener una caracterización de la enfermedad para crear distintos escenarios estadísticos y tener una respuesta para cada una de las circunstancias que se vayan presentando“, explica.

Ese fue un primer error, la no organización para investigar y el no usar las metodologías adecuadas para caracterizar la realidad, señaló. “Además, faltó claridad en la información precisa y veraz, y como ejemplo tenemos el uso de los laboratorios. Para nosotros, es quizás la punta clara de la situación para definir cómo se trató esta emergencia sanitaria en el país; desde el principio de la pandemia, sólo se insistió en tener un solo sitio para procesar las muestras, y esto no lo entendemos, porque en el año 2015, el Instituto Nacional de Higiene hizo un anuncio, durante la campaña para tratar de parar la epidemia del sarampión, donde se dijo que en Venezuela se cuentan con 24 laboratorios de salud pública”.

Qué ocurre con esto – continúa Lorenzo – si no se tiene la mayor capacidad para hacer diagnóstico en los laboratorios de salud pública, son mínimas las probabilidades para caracterizar una enfermedad “y cuando llamo caracterizar, es saber cuántos pacientes atiendes diariamente, semanal y mensualmente cuántos fallecen, toda esa información se basa en diagnóstico, utilizando la prueba por excelencia, la molecular o PCR”.

Reflexionando, Lorenzo aduce, que cuando existen enfermedades como esta, la información adecuada es importante, porque ofrece parámetros de tranquilidad y confianza, disminuyendo incluso, los valores de ansiedad e incertidumbre.
Dice Lorenzo, que en Venezuela se cuestiona la información oficial, “porque no se está buscando la enfermedad”.

Otro error que indica el directivo, es sobre algunas decisiones políticas que de alguna manera incidieron para la propagación del virus en los últimos meses. “Da la impresión que no es primordialmente de interés una cepa o la mutación que tiene el virus, pareciera más importante tomar esas decisiones de un mes completo de flexibilización en el caso de diciembre y luego una semana de flexibilización por los carnavales, en el que pudimos ver el comportamiento de las personas y ahora estamos viendo los resultados”.

Insiste, que cuando hay enfermedades nuevas, toda organización contando con gente de salud pública, puede dar todas las alternativas para enmendar y corregir las fallas y con ello evitar un daño mayor. “Se pudieron mitigar las equivocaciones, comenzando por no distar las acciones en función de un pensamiento ideológico político. Esto es parte de un proceso de enseñanza, hay que aprender de los errores”, añadió.

HB | elsiglo