“Traté a pacientes con muchas ganas de vivir”

Mucho se ha dicho de lo ocurrido desde principio del año pasado hasta estos momentos, cuando está culminando el mes de marzo de 2021, en relación a la emergencia sanitaria mundial por la presencia del Covid-19; virus, pacientes por millones, fallecidos por cantidades, pandemia, confinamientos, momentos radicales y flexibles, ciencia, vacunas, secuelas, economías y hasta de una “nueva normalidad”, pensando ya un hipotético control “definitivo” del nuevo Coronavirus. Pero cuidado, dice con firmeza el doctor Raúl López, “no nos podemos apresurar, tenemos que ir con cautela, porque esa enfermedad ya se adaptó a nuestras condiciones, el virus como tal”.


Para no perder la coherencia en cuanto a vocación y virus, se hace importante dejar claro que López como tantos hombres y mujeres de Venezuela y el mundo, tuvo que atender casos y casos de contagios por el Covid-19, pacientes con síntomas moderados, otros graves y muy graves, incluso, manejar sus emociones desde lo personal y profesional, al presenciar el deceso de una persona y otras más, como consecuencia del virus. Este médico forma parte del equipo de salud del Hospital Cipriano Castro, al oeste de Maracay, específicamente en San Vicente, municipio Girardot, parroquia Los Tacarigua del estado Aragua.

“Quiero aprovechar para decir que este virus ataca sin respetar distinción social, tiene repercusiones en todos los estratos, en las razas, edad, religión, culturas, hasta ahora se ha presentado en todas las poblaciones del mundo y no se ha conocido que alguna comunidad sea inmune a este. Se ha hecho sentir en todo el planeta, los signos y síntomas de los afectados prácticamente son iguales”, enfatizó.

López, que también suma un título de abogado (además de comunicador social y en teología), aunque tiene uno en particular que le caracteriza, el de humildad, deja claro que se dicen muchas cosas del Covid, relacionando con fantasías, mitos y leyendas, pero afirma, “es algo que es muy palpable, que se verifican en el accionar diario en cuanto a las juntas médicas. Ha sido una experiencia realmente fuerte, no ha sido fácil”.

Y hablando de lo que ha vivido desde el 2020 argumentó, que las enfermedades de base de alguna manera tienen una repercusión en cuanto a la acción del virus y en la medida que la persona no tenga las condiciones preventivas o no tiene una conducta médica apropiada, en el momento apropiado, este tiene una evolución bastante rápida, desde lo más moderado a lo más severo.

Todo va a depender del tratamiento que se le coloque en el momento determinado y eso va a significar de alguna manera el progreso de la enfermedad en cuanto a la evolución satisfactoria del paciente. Un paciente con diabetes, hipertensión arterial o patologías asmáticas, va a manifestar una sintomatología con mayor agresividad – aseveró.
Por lo anterior expuesto, apunta que su intención no es hablar con egos o de ocasionar problemas que trasciendan en secuelas de miedos y dudas, asegurando que en las últimas semanas se vienen incrementando los contagios por no cumplir con las medidas necesarias de protección, “por descuidarse” o simplemente por no creer que el virus que no toca puertas llega al organismo con cierta facilidad que puede provocar el deceso de un ser humano o de varios en un lapso muy corto de tiempo.

El virus se manifiesta de diferentes maneras, desde perder el gusto y el olfato, un malestar general o de presentar una dificultad respiratoria, que al final de todo, es lo más severo que ocasiona el Covid-19, y por ende, colapsa el sistema y desencadena en lo más dramático de la enfermad, la muerte”,resaltó.

Han fallecido pacientes – puntualizó- con sintomatologías desde las más leves, más moderadas, más graves, incluso, más impresionantes, porque en cinco minutos después de llegar caminando al hospital, las personas repentinamente caen en un estado crítico. “Hemos visto cuando llegan a la emergencia, pero de un momento a otro se quedan sin oxígeno y se desmayan. Todo pasa muy rápido”, acotó.

Inmediatamente explicado lo anterior, López recupera el otro punto abordado, la vocación. “En situaciones como las vividas es que uno siente que está en el lugar y en el momento propicio. Ya no es sólo repasar lo aprendido en la formación académica, entre conocimiento y destrezas, sino afrontar emergencias en una situación real que es mundial, vivir en carne propia como un paciente batalla por su vida, que busca en el personal de salud que lo ampare, en esos instantes se pone de manifiesto la empatía, la responsabilidad, incluso, lo espiritual”, subrayó, aprovechando para decir que es un hombre de fe, católico, y sin vacilar un instante trae a colación la figura del doctor José Gregorio Hernández, “un ser emblemático para mí, que ayudaba a los enfermos, al pobre, al necesitado, que como ser humano pudo tener algún defecto, pero hoy día es un Santo”.

– Las manos de Dios están sobre el doctor José Gregorio Hernández y las manos del doctor José Gregorio están en nosotros. En algunos casos he sentido la espiritualidad de los pacientes, sin importar su creencia; eso también ayudó a muchos de ellos en su recuperación y no trato de confundir a las personas con esto último que estoy abordando, pero en estos momentos que vivimos, el de pandemia, todo es necesario para estar mejor y tranquilos.

“Nosotros vimos pacientes desde todos los casos y en todas las perspectivas. Atender a una persona no es fácil, mucho menos en un trance crucial. Uno no es dueño de lo que pueda pasar, pero se hace todo el esfuerzo para salir adelante. Traté a pacientes con muchas ganas de vivir, pero lamentablemente algunos de ellos perdieron la batalla y no están con nosotros. Otros en cambio, están más tranquilos, recuperados, de vez en cuando, nos encontramos o llamamos”.

HB. | elsiglo