Irán cambia de siglo con festividades deslucidas por pandemia y crisis



Irán dio este sábado la bienvenida a un nuevo siglo, al año 1400 del calendario persa, pero las celebraciones de este histórico momento quedaron empañadas por la pandemia, la crisis económica derivada de las sanciones y la incertidumbre política.

 

festividades

Pese a los infortunios y la poca esperanza en un futuro mejor, el año nuevo o “Noruz”, la festividad no islámica más importante del país, que con sus más de 3.000 años de historia marca el equinoccio de primavera, ha sido recibida por los iraníes como un soplo de aire fresco.

Las visitas a familiares y amigos, los regalos y la compra de ropa nueva para inaugurar el año son clave en estas fechas y se han mantenido aunque con ciertas limitaciones, debido a los problemas económicos que atraviesa gran parte de la población y a las restricciones para evitar una cuarta ola de la covid-19.



MENOS COMPRAS Y QUEJAS POR LOS PRECIOS



Los bolsillos de los iraníes no están para grandes dispendios pero no falta en ninguna casa la decoración típica de “Noruz”: el “Sofreye Haft Sin” o “mantel de las siete meses”, compuesto por siete elementos que comienzan con la letra S.

Estos elementos, que incluyen entre otros la manzana (“sib”, en farsi), los brotes de cereales y legumbres (“sable”) y el ajo (“sir”), han estado omnipresentes en los bazares en la última semana, así como en las casas y comercios.

Un vendedor de “sabe” y de peces colorados, otro básico de la decoración de año nuevo, Rahim Rahmaní, de 56 años, reconoce a Efe que “la gente no está satisfecha con los precios”.

A veces nos sentimos avergonzados porque el precio de nuestros productos es alto y vemos que muchas familias se ven obligadas a comprar por la insistencia de sus hijos”, cuenta Rahimí, dedicado desde su adolescencia a la venta de esta decoración de “Noruz” en el bazar teheraní de Tajrish.

No obstante, tanto el “sabe” como los peces son elementos imprescindibles y perecederos, por lo que los ciudadanos siempre hacen esfuerzos para comprarlos. Otro tema es la ropa nueva o los viajes, que para muchas familias han quedado en un segundo plano.



DIFICULTADES PARA VIAJAR Y VISITAR A FAMILIARES



“Es muy duro para la población a nivel económico porque, desde la clase alta a la clase baja, todos están bajo presión y están obligados a controlar sus gastos”, asegura  Maryam Daemí, un ama de casa de 42 años.

Daemí señala que, pese a las penurias, los iraníes “no olvidan ni pierden sus tradiciones” y buscan “darse un consuelo y celebrar de la mejor forma posible este Noruz”.

Además de la crisis económica, la covid-19 supone otro varapalo para las festividades: “Estamos obligados a estar en casa, no vamos ni de viaje ni de visitas familiares, no queda otro remedio si queremos proteger a nuestros seres queridos”, dice esta mujer, preocupada especialmente por su madre.

Conscientes de los habituales desplazamientos en estas dos semanas de vacaciones, las autoridades han prohibido los viajes hacia y desde nueve ciudades catalogadas como “rojas”, de alto riesgo, y a una treintena de localidades “naranjas”, consideradas de riesgo medio.

También sigue vigente un toque de queda nocturno para los vehículos privados con el fin de que el “Noruz” no acabe en una nueva crisis sanitaria por la covid-19, que ya ha causado en el país más de 1,7millones de contagios y 61.700 muertes.

El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, reconoció que el coronavirus supuso “una gran prueba” para el país en su tradicional discurso de año nuevo, en el que anunció el lema para el 1400: “Producción, apoyo y eliminación de obstáculos”.



EL INCIERTO FUTURO POLÍTICO


Por otro lado, “el personal médico y los científicos desplegaron sus capacidades en gestionar este amargo incidente pese a la presión máxima de los enemigos, sus sanciones y su bloqueo de nuestros recursos en el extranjero”, subrayó el líder.

Jameneí denunció que, con estas medidas, los estadounidenses intentaron “obligar a arrodillarse a la nación iraní pero ahora han reconocido que la máxima presión ha fracasado”.

Irán se encuentra desde 2018 bajo sanciones de EE.UU., impuestas por la anterior Administración de Donald Trump tras retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015 con el fin de forzar a Teherán a claudicar en sus programas defensivos de misiles y su influencia regional.

La llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden trajo esperanza, pero el conflicto se encuentra en un punto muerto debido a que EE.UU. exige a Irán volver a cumplir plenamente con el citado acuerdo nuclear, mientras Teherán condiciona ese paso al levantamiento primero de las sanciones.

El hecho de que Irán celebre elecciones presidenciales el próximo junio, cuando el Gobierno podría cambiar de manos moderadas a más conservadoras e incluso ser encabezado por un militar, tampoco ayuda a desatascar la situación.

Al respecto, el líder supremo aseveró que el 1400 es “un año importante y delicado” debido a esos comicios que -adelantó- “pueden ejercer una influencia importante en el futuro del país”.

 

 

EFE