Pollo con pesto de tomate y alcachofas

Nos alegra recibir las peticiones sobre recetas saludables para los días de diario, pues nos gusta cocinar sano y mostrar como en un tiempo reducido, podemos disfrutar de un plato principal nutritivo y fácil de hacer, y todo casero, como esta receta de pollo con pesto de tomate y alcachofas.

De esta manera, este pesto o mojo que hemos hecho ligeramente picante, tiene una base similar a la salsa romesco, así que va bien con muchos platos, como con las alcachofas o el pollo a la parrilla a las que acompaña en este plato. El Pollo con pesto de tomate y alcachofa ofrecerá a quien lo deguste, un exquisito juego de sabores, además de ser ligero y nutritivo, ideal para cualquier día de la semana.

Ingredientes
  • 4 pechugas de pollo
  • 4 alcachofas
  • 6-8 aceitunas negras deshidratadas
  • 150 gramos de tomates maduros
  • 25 gramos de pan tostado
  • 25 gramos de almendra tostada
  • 3 dientes de ajo
  • ½ c/p de harissa
  • pimienta negra recién molida
  • orégano
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal.
Elaboración

Retira las hojas externas de las alcachofas, corta el tallo y resérvalo para otra elaboración. Corta en las alcachofas en mitades y retira la vellosidad del corazón si la tuviera. Ponlas en agua con perejil fresco o limón para que no se oxiden.

Pon una olla con agua al fuego, y cuando rompa a hervir introduce los tomates, en tres o cuatro minutos retíralos, pélalos y ponlos en un mortero o en el vaso de la batidora. Añade el pan tostado picado, las almendras, 1 diente de ajo, la pasta harissa, sal y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, tritura hasta obtener una salsa densa y reserva hasta el momento de emplatar, a una temperatura templada.

Escurre bien las alcachofas mientras pones a calentar la parrilla untada con un poco de aceite de oliva, corta las alcachofas en rodajas lo más finas posibles, pela y pica el resto de dientes de ajo y pícalos. Incorpora las láminas de alcachofa a la parrilla, salpimenta y deja que se hagan hasta que estén ligeramente crujientes, dándoles la vuelta para que se hagan por los dos lados e incorporando los ajos un par de minutos antes de retirarlas.

En la misma parrilla, una vez limpia para que no haya ningún resto que se queme y proporcione un sabor desagradable, añade un hilo de aceite de oliva y haz las pechugas añadiéndoles sal al gusto. Hazlas a fuego moderado, dándoles la vuelta, para que se vayan dorando bien por fuera y el calor llegue al interior, dejándolas hechas pero jugosas.

Como os hemos comentado en otras ocasiones, solemos tener un tarro con aceitunas crujientes para incluir en algunos platos, éstas las hacemos cuando hemos encendido el horno para algún asado, para hacer pan o algún pastel. Según el tamaño y el grado de secado que le queramos dar, mantenemos una temperatura de unos 60º C hasta que han perdido buena parte de su agua y están crujientes, o directamente apagamos el horno y con el calor residual se van deshidratando. En esta receta de cocina las presentamos cortadas en aros.

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