Novios ciegos yemeníes celebran boda multitudinaria y benéfica en Saná

Cientos de invitados bailan al son de los tambores y agitan las tradicionales dagas yemeníes en el aire, mientras que un puñado de vecinos curiosos observan con atención un evento especial que se celebra una vez al año en Saná desde 2017: la boda multitudinaria de hombres con discapacidad visual.

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Los 40 novios, con diferentes tipos de discapacidad visual, disfrutan del espectáculo auditivo desde una silla, ataviados con guirnaldas de flores en la cabeza y una tradicional túnica blanca, que se deja entrever debajo de una chaqueta negra atada con un cinturón dorado del que cuelga la tradicional daga.

A pesar de ser una boda dedicada a hombres yemeníes ciegos, la ceremonia no es distinta a la de una fiesta de matrimonio en la capital yemení, donde más de cinco años de guerra no han conseguido acabar con las celebraciones.

Las mujeres, por su parte, no sufren ningún tipo de discapacidad y celebran la unión en un lugar apartado de sus futuros esposos, como marca la tradición en base a las estrictas normas islámicas que rigen en el país.

“¡Que Alá te haga feliz para siempre!”, grita con entusiasmo un pregonero a través de unos altavoces, por encima de los vítores de los novios.

El recinto está iluminado con luces blancas y los fuegos artificiales llenan el cielo, mientras los vecinos curiosos, desde sus balcones o ventanas, observan con atención el espectáculo.

Hoy es el gran día para Hamdan Mansur Zuail, de 26 años, que finalmente puede casarse después de que asuntos familiares lo impidieran en los últimos años, según explica a Efe: “Llevo más de tres años esperando la boda”, dice mientras un peluquero termina su tocado para esta ocasión.

No podría describir lo encantado que estoy. Incluso siento que soy la persona más feliz”, asegura el joven invidente.

A pesar de que no hay datos oficiales sobre las personas ciegas en el Yemen, Zuail es uno de los 4,5 millones de yemeníes que sufren algún tipo de discapacidad, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud de 2019.

Las bodas exclusivas para invidentes se llevan celebrando cada año en Saná desde 2017, con alrededor de medio centenar de novios para reducir de esta forma los costes del evento, explica a Efe el portavoz de la Sociedad Yemení de Ciegos, Jamil al Hemiary.

Las celebraciones tienen lugar sólo en la capital, por lo que los afortunados se tienen que desplazar desde otras partes del país: este año proceden de 13 provincias diferentes.

Según Al Hemiary, alrededor de mil personas están registradas en su asociación, que tiene sedes en siete provincias distintas del Yemen para dar cobertura a los discapacitados visuales.

En esta ocasión, la asociación ofrece una dote a cada novio de unos 500.000 riales yemeníes (unos 830 dólares), un monto que también es financiado por empresarios privados y organizaciones independientes.

Esa cifra representa una gran ayuda para las personas con discapacidad en el Yemen, un país escenario de la catástrofe humanitaria más grande del planeta, con el 80 % de su población necesitada de algún tipo de ayuda humanitaria, según la ONU.

Los efectos devastadores de la guerra se hacen sentir todavía más sobre las personas con algún tipo de discapacidad, puesto que tienen muchas más dificultades para huir de la violencia y para acceder a los servicios de salud y humanitarios en el país.

EFE