Los siete días de radicalización en el casco central de Turmero se desarrollan a medias, ya que fue evidente la presencia de muchas personas en las calles y de vehículos en las vías del municipio Mariño.
Algunos establecimientos comerciales se encontraban con las santamarías a medias, atendiendo a sus clientes de manera controlada, mientras que los locales priorizados, generaban las peligrosas aglomeraciones.
Con respecto al tema, Ramón Rosendo señaló, “aquí en Turmero no todos acatan las normativas radicales, hay comercios que se acogen a las leyes y respetan los horarios mientras que otros no lo hacen; de igual forma pasa con los transeúntes, uno ve en la calle personas que no utilizan el tapabocas”.
Por su parte, Juan Cardozo explicó, “bueno hay horarios establecidos donde las personas ya están acostumbradas, por ejemplo los que residimos en Turmero sabemos que ya en horas de la tarde la mayoría de los comercios están cerrados, es por ello que aprovechamos más que todo en la mañana”.
En este sentido, Meri Lárez dijo, “yo vengo de Guayabita y eso de radical es relativo, aquí se cumple a medias, yo en particular bajo temprano para hacer mis compras en el centro, pero uno ve todo normal, con bastante gente caminando y sin tapabocas”.
No obstante, hay quienes opinan que ya la palabra radical está pasando a la historia, debido a que no se respeta ninguna de las medidas de bioseguridad impuestas por los organismos de salud mundial.
Ante el tema, Darwin Flores destacó, “eso es una utopía no se ejecuta en ninguna parte de Venezuela, lo que se pueda ver por allí es pura apariencia, de verdad que eso ya no existe, ya lo radical no es viable en el país”.
Destacaron algunos turmereños que hay mucha presencia de personas en las calles de la ciudad que ponen en riesgo la salud de la población, ya que en ocasiones los transeúntes no utilizan los sistemas de bioseguridad.
JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
fotos | NAYALI DÍAZ (pasante)
