Llevar un estilo de vida saludable no solamente es conveniente para tu cuerpo, también lo es para tu cerebro, si es que deseas que funcione óptimamente en todas las etapas de tu vida.
La mala alimentación, tan común hoy en día, genera cada vez más casos de enfermedades como Alzheimer. En Estados Unidos se calcula que la cantidad de personas con este mal aumentará 40% en los próximos 10 años.
Con el paso del tiempo, es común que notemos que nuestra mente no rinde tanto como cuando éramos más jóvenes. El cerebro tiende a reducirse aproximadamente 5% por década, después de los 40 años, y entre más se encoge, mayor afectación presentan las funciones cognitivas.
Por fortuna, existen maneras de mantener un volumen cerebral saludable, con la ayuda de los alimentos adecuados que le proporcionan los nutrientes que necesita.
Moras o bayas
Investigaciones han encontrado que las moras, como las fresas y los arándanos, ayudan a disminuir el deterioro cognitivo y la pérdida de la memoria, que se relacionan con el envejecimiento.
Además, los arándanos mejoran la concentración y protegen al cerebro del estrés y la inflamación. Su contenido de antocianinas retrasa la pérdida de la memoria a corto plazo.
Vegetales de hojas verdes
Vegetales como las espinacas, las acelgas y la col rizada (o kale) tienen altas concentraciones de vitaminas A y K, las cuales combaten la inflamación celular, que deriva en degradación cerebral. Estudios han relacionado una mayor ingesta de vitamina K con una mejor memoria.
Brócoli
El brócoli también es una muy buena fuente de vitamina K, que mejora la capacidad cerebral, y además contiene glucosinolatos, los cuales retardan la degradación del neurotransmisor llamado acetilcolina, indispensable para que nuestro sistema nervioso funcione correctamente, y la memoria también.
Salmón
El cerebro está formado 60% de grasa, por lo que es esencial que nuestra alimentación incluya grasas saludables como el Omega 3 (y evitar las saturadas, ya que éstas incrementa el deterioro cognitivo).
Se ha encontrado que las personas con una dieta baja en Omega 3 tienen un menor volumen cerebral y mayor riesgo de sufrir enfermedades como la demencia o fallas cerebrovasculares.
El salmón y otros pescados grasos, así como semillas como la chía, son buenas fuentes de este aceite esencial.
Tomate
El tomate contiene un potente antioxidante llamado licopeno, el cual ayuda proteger el cerebro del daño que causan los radicales libres a las células, que deriva en el desarrollo de enfermedades como Alzheimer y demencia.
El licopeno también regula los genes relacionados con la inflamación celular y el crecimiento del cerebro. Se ha comprobado que personas con Alzheimer presentan bajas concentraciones de carotenoides, como el licopeno.
Huevo
El huevo proporciona vitamina B6, B12 y ácido fólico, nutrientes conocidos por su capacidad para reducir los niveles de homocisteína, un aminoácido que en altas concentraciones, incrementa el riesgo de sufrir derrames cerebrales, Alzheimer y deterioro cognitivo.
Asimismo, su concentración de colina genera la producción del neurotransmisor llamado acetilcolina, indispensable para la comunicación adecuada entre las células cerebrales.
Semillas de calabaza
Aunque en general las semillas son muy buenas para nuestra la salud, la semilla de calabaza es una fuente rica en zinc, un mineral indispensable para mejorar la memoria y los procesos mentales. Su deficiencia se relaciona con enfermedades como el mal de Parkinson y el Alzheimer.
Asimismo, estas pequeñas semillas contienen magnesio (excelente nutriente contra el estrés), vitamina B y triptófano, precursor de la serotonina, un neurotransmisor que nos proporciona sensación de bienestar.
Cítricos
Las frutas cítricas contienen altas cantidades de vitamina C, nutriente que incrementa la agilidad mental y protege al cerebro del estrés oxidativo. La deficiencia de esta vitamina contribuye a la degradación de las funciones cerebrales.
Por si fuera poco, la vitamina C también es una buena aliada para combatir la ansiedad y el estrés. Además de los cítricos, el brócoli y los pimientos rojos son excelentes fuentes de este importante nutriente.