La crisis de la Covid y la creación de redes de apoyo comunitarias a nivel social

La aparición de la pandemia en nuestras vidas ha puesto patas arriba muchos aspectos que considerábamos básicos de nuestro día a día, y ha hecho que tengamos que convivir con otros aspectos que hasta hace poco hubiéramos considerado impecables. Pero aunque la crisis ha tenido un importante y terrible efecto a nivel sanitario, económico y laboral, no podemos dejar de lado todo el impacto social que también ha provocado y que ha dado como resultado la creación de una gran cantidad de redes de apoyo comunitarias. 

La Covid-19 lleva ya entre nosotros más de un año, y desde entonces, ha causado estragos importantes en muchos ámbitos de nuestro día a día. No solo a un nivel meramente sanitario de protección de nuestra salud y la de todas aquellas personas que nos rodean, sino que también hemos podido notar sus efectos a nivel económico, laboral y social. Este este último punto, el factor social es en el que vamos a poner nuestro foco de atención, ya que no podemos dejar de lado la terrible situación en la que están viviendo muchas personas desde la llegada de la pandemia. 

Problemas que van desde el simple hecho de no tener suficiente comida para llevarse a la boca por haber perdido el trabajo durante la crisis, a no tener un techo por haber sido desahuciados o la soledad de todas aquellas personas mayores que viven aisladas y de las que nadie quiere ocuparse. Una terrible pandemia a nivel social que ha puesto de manifiesto la gran importancia de mantener el concepto de comunidad y de crear redes de apoyo que permitan poder paliar algunos de estos problemas tan graves que cada vez más personas padecen en nuestro país. 

Redes de apoyo comunitario

Ante una crisis social de estas características que cada día afecta a más personas de todo tipo, y no solo a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, las redes de apoyo comunitarias se han convertido en un aspecto fundamental a día de hoy. Éstas pueden encontrarse en forma de asociaciones vecinales, colectivos y simplemente como personas individuales que quieren aportar un granito de arena en la mejora de su comunidad, en estos momentos tan complicados como los que estamos viviendo. 

Personas que desde el primer momento se han organizado para poder llevar a cabo diferentes tareas de apoyo, y que con el paso de los meses, han mantenido o incluso aumentado su trabajo debido cada vez a la mayor carga social. Una pequeña luz de esperanza al final del túnel que ha sido un auténtico bote salvavidas para muchas personas que de verdad lo necesitaban. 

Formas de acción

Estas redes de apoyo comunitario pueden tener diferentes formas y realizar diferentes tipos de tareas, en función de los problemas que se tengan que paliar. Por ejemplo, las terribles colas para obtener alimentos, que van creciendo en nuestro país, han dado como resultado que muchas asociaciones vecinales y colectivos se organicen para poder repartir comida entre aquellas personas que por sus circunstancias económicas lo necesitan. De hecho, este problema del hambre es actualmente uno de los más graves, y lo peor de todo es que no deja de crecer. 

Otra forma de red de apoyo puede ser la de atender a todas aquellas personas mayores que se encuentran aisladas en sus viviendas y que necesitan algo de ayuda en determinadas tareas, como ir a hacer la compra, bajar a la farmacia por medicinas o simplemente unos momentos de contacto social con otro ser humano para paliar su soledad. Un tipo de red de apoyo que podemos encontrar en muchos edificios de vecinos en todo nuestro territorio, y que además, es muy sencillo de organizar a nivel particular y que puede ser tan importante para mejorar el día a día de todas estas personas mayores que lo están pasando tan mal.