Wall Street cierra una semana aciaga por el ataque de los ejércitos del meme

Al grito de “Gamestonk” y emoticonos con cohetes, un ejército de inversores minoristas desencadenó la peor semana de Wall Street desde octubre y uno de los episodios más surrealistas de la historia bursátil, con varios “short squeezes” simultáneos y los gestores de fondos de riesgo al borde de un ataque de nervios.
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Los tres grandes selectivos del parqué neoyorquino, el Dow Jones de Industriales, el S&P 500 y el tecnológico Nasdaq se dejaron alrededor del 3% en esta semana marcada por la volatilidad causada por los inversores minoristas, que ayudados por las aplicaciones de corretaje sin comisiones y las redes sociales han coordinado una impresionante operación contra las posiciones a corto de varios fondos.

Esa batalla del pequeño inversor contra fondos de capital riesgo como Melvin Capital ha acabado disparando hasta un 400% la acción de la tienda de videojuegos GameStop o casi un 200% a la cadena de cines AMC, que pese a la profunda crisis que atraviesa por la pandemia ha podido pagar toda la deuda que se vio obligada a emitir.

Otros valores como Nokia o Blackberry también fueron objeto de la lucha entre fondos establecidos e inversores, muchos de los cuales operan desde la plataforma Robinhood, que se ha visto obligada a recaudar mil millones de dólares en nuevo capital para cubrir la demanda de liquidez de sus usuarios, quienes han creado un frenesí inversor que no se veía desde la crisis de 2008.

Robinhood decidió el jueves limitar las compras en su aplicación presionada por fondos como Citadel, que ejecutan su ingente volumen de órdenes, para evitar que se cumpliera uno de los eslóganes de la aplicación: “Dejen al pueblo operar en bolsa”.

El “pueblo” lleva semanas coordinándose en subforos de Reddit como WallStreetBets o en Youtube para orquestar una macro operación contras las posiciones en corto que han acumulado algunos fondos contra GameStop, una red de tiendas acosada por los despidos y la crisis del comercio minorista.

La plataforma social Discord, convertida en un auténtico parqué bursátil virtual, restringió su funcionamiento, algo que ha propiciado varias peticiones de investigación.

La Comisión del Mercado de Valores (SEC) y autoridades estatales han comenzado a abrir investigaciones sobre las medidas tomadas por Robinhood o Discord, que podrían afectar a la libertad de los pequeños inversores para operar en la renta variable.

Esa exposición a opciones en corto, que esperan obtener una plusvalía con la caída del precio de la acción en una fecha determinada, permitió a un ejército de “redditors” empujar con compras el precio de la acción de GameStop, quemar las opciones de los fondos y obligarles a cubrir pérdidas adquiriendo los títulos de esos contratos, aumentando aún más el precio.

Eso generó unas pérdidas a grandes fondos de 20.000 millones de dólares y una volatilidad por las nubes en un momento delicado, con meses de subidas encadenadas que ya hacían temer una corrección a la baja y la pandemia del coronavirus sin un desenlace positivo claro.

Al cierre de la semana, los títulos de empresas del transporte y los viajes y del comercio minorista fueron las más afectadas por una corriente paralela a la vorágine de GameStop que indica que muchas de estas empresas pueden no salir vivas de esta crisis.

Al cierre del viernes, ni un solo sector cotizado ni una sola de las 30 empresas más grandes del Dow Jones se libró de las pérdidas (solo McDonald’s tuvo una ganancia testimonial) y en el Nasdaq, un refugio durante la pandemia, solo siete de los 100 grandes valores cerró en positivo.

“La solución para este mercado dislocado va a llevar tiempo y todo indica que esta locura de mercado continuará durante algún tiempo”, aseguró en un comentario Ed Moya, analista de OANDA.

Sin una dirección clara ni fundamentos para justificar las subidas, es complicado saber la dirección que puede tomar Wall Street, mientras que el gobierno del presidente Joe Biden prepara una nueva propuesta de estímulo económico contra la covid-19 y la economía y el mercado laboral estadounidenses siguen incapaces de recuperarse con claridad.