Ciudadana clama justicia por la muerte de sus hijos

La señora Nair Linares, quien se acercó este martes a la oficina de atención al público, en la Morgue de Caña de Azúcar, aprovechó la presencia de los reporteros para pedir justicia por la muerte de sus dos únicos hijos, identificados como Marco José Oliveros (20) y Eduardo Felipe Colmenares, de 32 años de edad.

Dijo que Marco cursaba estudios para escolta y Eduardo efectivo de la Guardia Nacional en la ciudad de Caracas, y alternaban su formación académica, trabajando en el Círculo Militar, allá en la región capital.

Luego que se activó el decreto presidencial para contener el avance de la pandemia en el país, “mis hijos se vinieron a Villa de Cura y se ganaban la vida haciendo trabajos menores. Aún así ellos recibían sus quincenas“, dijo la señora.

Durante el fin de semana, específicamente el sábado, los hermanos salieron de la casa y se dirigieron a Los Colorados, en donde estuvieron reunidos con un abogado y unos amigos de la familia, cuando de pronto se acercó un vehículo con varias personas.

En presencia de varias personas, los muchachos se los llevaron con rumbo desconocidos, y los hombres, en ese momento, andaban vestidos de azul. “Seguidamente me dirigí al sector Calichal, en donde funciona un comando policial, y allí me manifestaron que mis hijos no estaban ahí”.

Transcurridos unos treinta minutos, “me informé que ellos estaban en el Hospital Dr. Rangel, pero ya muertos. No entiendo qué pasó con mis hijos“, agregó la denunciante.

“Mis muchachos no tuvieron cuentas pendientes con la justicia ni mucho menos estaban implicados con bandas criminales, así como tampoco portaban armas de fuego”, dijo.

Se trataba de dos jóvenes muy responsables de sus actos y a Dios gracias no tuvieron nunca presos, así como tampoco reseñas en el Sistema de Información Policial (Siipol).

Más adelante agregó, “me extraña inmensamente que mis hijos aparecieron reseñados en los diarios como vulgares delincuente e igualmente que habían muertos en un presunto enfrentamiento, cuando eso es totalmente falso, cuando eso es totalmente falso“.

Agregó lo siguiente: “Ellos eran mi sustento del hogar, y durante su crecimiento, luché incansablemente hasta formarlos unos hombres, pero lamentablemente fueron asesinados a tiros”.

No tengo a más nadie, ya que mi otro hijo, también falleció, y es un muy doloroso por lo que estoy afrontando”, expresó la señora, quien manifestó lo siguiente: “Como quisiera conocer que los autores materiales fuesen a parar a una cárcel”.

Finalizó diciendo lo siguiente: “Espero que los culpables de la muerte deMarco y Eduardo Felipe vayan algún día a la cárcel y rindan cuentas a Dios. De él no se salva nadie, y en el justo momento de la vida, recibirán el castigo”.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo