“La Jonaisky” se vincula con bandas delictivas y estuvo presa en Tocuyito

De acuerdo a informaciones que se filtraron en medios periodísticos, la joven Jonaisky Ariday Farías Bermúdez, de 26 años, conocida como “La Jonaisky”, presuntamente autora material del homicidio cometido en perjuicio del oficial jefe Jesús Alberto Rojas Carrero, de 37 años de edad, se vincula con bandas criminales, una de ellas que incursionaba en Rosario de Paya del municipio Mariño que estuvo liderada por el extinto “Toñito” y además estuvo presa por uno de los delitos previsto y sancionado en el Código Penal en los calabozos de la cárcel de Tocuyito del estado Carabobo.

Buscan a “La Jonaisky” para que rinda cuentas a la justicia

Mantiene una conducta irregular en ese mundo delictivo, y actualmente anda prófuga de la justicia venezolana, se dijo a los reporteros.

Por lo tanto, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, adscritos a la Brigada de Captura y de la Policía de Aragua andan tras su pista.

En el transcurso de las próximas horas, la joven podría estar en manos de la justicia y se le imputarían varios delitos como uso indebido de arma de fuego, homicidio y otros que considere tipificar el representante del Ministerio Público, se informó a los reporteros de sucesos.

Se comentó además ante las posibilidades de que la muchacha huya del país, se tramitaría una difusión de alerta roja a través de la Interpol.

Como es del conocimiento público, “La Jonaisky”, junto a su pareja, cuando estaban juntos se convertían en “gatillo alegre”.

Antes de registrarse el crimen, la mujer salió a la calle vestida con un “cachetero” y eso fue motivo de piropos indecentes de parte de algunos jóvenes del barrio, situación que al parecer, no le cayó muy bien al funcionario.

Una vez dentro de la vivienda, específicamente en un anexo, se originó una fuerte discusión e inmediatamente la sospechosa tomó la pistola de su compañero sentimental, efectuándole dos balazos en la cabeza.

Al oír los disparos, la dueña del anexo subió al mismo para cerciorarse del suceso y observó a la inquilina que bajaba por la escalera.

La señora le preguntó: ¿Qué pasó entre ustedes? ¿Por qué se escucharon esos disparos?
Ante esas interrogantes, “La Jonaisky” respondió de la siguiente manera. “Pasó… lo que tenía que pasar y punto. No se meta en los asuntos ajenos”.

Seguidamente la vecina se perdió de vista y al llegar al sitio, la propietaria del inmueble se consiguió con una escena sangrienta.

Sin perder tiempo, la señora dio aviso a las autoridades policiales y poco después la zona fue acordonada policialmente, se dijo a los reporteros.

Minutos después la dueña del inmueble reveló a la autoridad policial que los tiroteos entre los inquilinos no eran nada nuevo, sino frecuentemente. Se consideraban como especie de “gatillos alegres”.

En resumen de cuentas, el crimen ocurrió en medio de celos, alcohol y venganza. Una mezcla de sentimientos encontrados y frustraciones. Vale resaltar que la ciudadana entregó a los investigadores evidencias de casquillos percutidos.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo