Los animales fueron colocados en una especie de camillas, cargadas por grúas, y fueron depositados en el mar.
Uno de los manatíes, Pepe, estaba “inquieto” en ese momento, probablemente debido al ruido que causó un dron, y casi ocasiona un accidente, pero fue controlado y “no pasó nada“, según relató el veterinario encargado del proceso de reintroducción, Francisco de la Rosa, en declaraciones recogidas por el Ministerio de Medio Ambiente.
Los manatíes, de la especie antillano, fueron rescatados entre 2012 y 2018 en diversos puntos de la costa dominicana; dos de ellos con heridas y el tercero se encontraba deshidratado cerca de la orilla del río Haina.
Esta es la primera vez que se lleva a cabo una iniciativa de este tipo en República Dominicana y con ella se busca, entre otras cosas, contribuir a que se reproduzcan y que, eventualmente, la especie deje de estar en peligro crítico de extinción.
El proceso de adaptación al mar dependerá de su capacidad para acostumbrarse a un ambiente de libertad y a una alimentación de pasto marino, diferente de la que recibían en el Acuario Nacional, que consistía en leche, frutas, verduras y plantas marinas.
Se espera que Lupita, que lleva dos de sus tres años de vida en cautividad, tenga cierta ventaja para adecuarse a la vida en libertad frente a los mayores, Juana y Pepe, que tienen ya ocho años y apenas vivieron unos meses en su entorno natural.
El veterinario cree que la adaptación será rápida, puesto que en los primeros minutos “pasó lo que debía pasar”: Juanita y Pepe empezaron a explorar la bahía y “Lupita, más independiente, no ha vuelto a verse”.