
La nave servirá como un laboratorio robótico sin tripulación en la órbita baja de la Tierra, capaz de regresar con sus cargas útiles para ser reutilizada en futuras misiones, dentro de una amplia gama de aplicaciones espaciales y comerciales europeas, incluidas investigaciones en órbita y demostraciones de tecnología.
Por ejemplo, se utilizará para la experimentación en microgravedad para la industria farmacéutica y la biológica, pero también para la observación terrestre, la vigilancia de catástrofes terrestres y la inspección de satélites.
Para ello, la ESA firmó este miércoles dos contratos en el Palacio Chigi, en Roma, en presencia de representantes del Gobierno italiano, uno de ellos para la entrega del modelo de vuelo del Space Rider con Thales Alenia Space Italia y Avio, y un segundo que cubre la entrega del segmento terrestre por parte de los contratistas italianos Telespazio y Altec.
“Space Rider complementará los servicios de Vega y Ariane en el Puerto Espacial Europeo y abrirá puertas para captar nuevas oportunidades de mercado”, dijo durante la firma el director de desarrollos de Vega-C y Space Rider, Giorgio Tumino.