El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, sancionó este lunes a 14 miembros de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Parlamento) de China por haber participado en la destitución de cuatro parlamentarios de la oposición en la ciudad autónoma de Hong Kong.
Los 14 sancionados son vicepresidentes del Comité Permanente de la ANP, órgano que diseñó la polémica Ley de Seguridad Nacional que Pekín impuso a Hong Kong el pasado mes de junio, indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Con este tipo de sanciones, Washington busca congelar todos los bienes que puedan tener en EE.UU. esos 14 individuos y se les prohíbe hacer transacciones financieras con cualquier ciudadano estadounidense; lo que en teoría les dificulta el acceso al sistema financiero internacional, basado en el dólar.
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Además, ellos y sus familiares no podrán viajar a EE.UU., que les restringirá el acceso a visados.
En un comunicado, Pompeo acusó a Pekín de haber usado la Ley de Seguridad Nacional para lanzar un «implacable ataque» sobre el Consejo Legislativo hongkonés, al que ha convertido en un cuerpo que se dedica a «aprobar automáticamente» sus propuestas y sin oposición significativa.
El 11 de noviembre, cuatro diputados opositores hongkoneses fueron destituidos después de que el comité de la ANP aprobase una resolución que permitía al Gobierno de la excolonia despojarles de sus cargos si promovían la independencia de Hong Kong o apoyaban la intervención extranjera en sus asuntos.
Poco después, en solidaridad con sus compañeros, los 15 parlamentarios restantes de la oposición renunciaron a sus cargos, de manera que Hong Kong se quedó sin oposición en su Consejo Legislativo.
La salida de la oposición del parlamento es la última escalada en la lucha de Pekín por un mayor control de Hong Kong, ciudad a la que se prometió un alto grado de autonomía hasta 2047, pero que ha visto como algunas de sus libertades se han ido reduciendo, tras las protestas en favor de la autonomía del pasado año.
La Ley de Seguridad Nacional, rechazada por EE.UU. y buena parte de la comunidad internacional, ha resultado en un incremento de las redadas policiales y detenciones de activistas, ante lo que algunos de ellos han optado por exiliarse.
Estas nuevas sanciones por parte de Washington se producen en un momento en el que el presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, intenta mantener la presión sobre China en las últimas semanas de su mandato, que terminará el 20 de enero cuando asuma el poder el demócrata Joe Biden.