El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, recibió este lunes en el Palacio de Gobierno la imagen de la Virgen Peregrina de Caacupé, cuya festividad se celebra el 8 de diciembre, aunque este año los festejos estarán restringidos como consecuencia de las restricciones para evitar la propagación del coronavirus.
Abdo Benítez, acompañado por la primera dama, Silvana López Moreira, presenció un breve acto litúrgico en el Palacio, oficiado por el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, y con el resto de miembros del Ejecutivo.
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Valenzuela recordó a los representantes del Gobierno que son “servidores” del país y que la “vocación del presidente juntamente con sus ministros es preocuparse de las personas”.
“Lo más importante de nuestro país no es ni la hidroeléctrica (Itaipú, compartida con Brasil), ni los animales, ni la soja, lo más importante son las personas, a quienes les queremos ofrecer el bienestar, el desarrollo integral sostenible”, expuso el arzobispo.
También recordó que Paraguay es un país “próvida y pro familia” que “se manifiesta firme porque quiere defender la familia, la vida, a los niños y a sus jóvenes”.
Tras el acto, la imagen de la Virgen se trasladó hasta el Congreso de la Nación, a pocos metros del Palacio de Gobierno. Ante las limitaciones impuestas por la pandemia, la talla de la Inmaculada, bajo la advocación de Virgen de Caacupé, ha recorrido distintas parroquias del país para acercarse a los fieles y evitar que estos viajaran hasta Caacupé.
En otras ocasiones, la comitiva gubernamental acude el 8 de diciembre hasta Caacupé, a unos 50 kilómetros de Asunción, para asistir a la tradicional misa en honor a la patrona del país, pero esto año el Gobierno decretó Fase 0 en tres cuadras a la redonda de la Basílica para evitar las tradicionales peregrinaciones. En su lugar, la misa en la Basílica será sustituida por una misa en un vehículo en la Costanera de Asunción.
