Fallece Víctor Ponedélnik, último héroe de primera Eurocopa

Víctor Ponedélnik, héroe de primera Eurocopa y autor del gol de la victoria en primera Eurocopa del año 1960. Al morir anoche a los 83 años se fue el último futbolista de la Unión Soviética que derrotó en la final a Yugoslavia (2-1).

Víctor Ponedélnik, que nació en medio de las purgas estalinistas (1937), fue miembro de la generación de oro del fútbol soviético, que incluía, entre otros, a Lev Yashin, Ivanov y Streltsov.

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Famoso por su durísimo disparo, no sólo le correspondió el honor de marcar el gol más importante de la historia del fútbol nacional, sino la de ser el último portador de la llama de una gloriosa estirpe que también alcanzó la final de la Eurocopa de 1964, donde cayeron ante España (2-1).

MIEDO A UNA PURGA

Hace unos años rememoraba con la final celebrada hace 60 años en París entre dos potencias futbolísticas ahora desaparecidas: la URSS y Yugoslavia. Admite que había “pánico” en las filas soviéticas. Tito y Jruschov se llevaban mal y al equipo soviético al que los yugoslavos habían derrotado en los Juegos Olímpicos del 52 “los habían echado a todos y degradado como militares”. “No queríamos jugar contra Yugoslavia”, confesó.

Tampoco contribuyeron las condiciones en las que se disputó el partido, frío, lluvia, un campo en mal estado, una pelota pesada y el hecho de que el partido arrancó a una hora intempestiva, a las 10.30 de la noche.

Yashin encajó el primer gol del partido, aunque Ponédelnik lo exculpa: “No vio venir el balón, ya que había muchos jugadores metidos en el área”, explica.

Y es que fue la “Araña negra” quien inició la jugada que llevó al gol de Ponedélnik, cuyo apellido significa lunes en ruso y que marcó en el primer día de la semana, ya que el tiempo reglamentario acabó en empate y hubo que disputar una prórroga.

“En el minuto 113 Yashin lanzó el balón con la mano y lo colocó como siempre a unos 60 metros, donde lo recibió Misha Mesji”, relataba. Ponedélnik recibió el pase en profundidad, dejó atrás a los centrales yugolsavos y miró a la portería.

“Yo sólo pensaba en colocar el balón en la escuadra, ya que su portería tenía los brazos muy largos. Entonces, disparé, me caí y las tribunas comenzaron a tronar. Yo no vi nada. Sólo me enteré de que había marcado, cuando mis compañeros me felicitaron”, recordaba.

EFE