Nace la Agencia Latinoamericana y Caribeña ALCE

América Latina ya no sólo busca su lugar en el mundo sino también en el espacio, y para no quedarse atrás en la carrera espacial, ocho países encabezados por México y Argentina han decidido dar un salto estratosférico con la creación de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE).
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Cuando se cumplen 35 años del lanzamiento de los satélites Morelos I y Morelos II, los primeros puestos en órbita por México, este país busca relanzar el sueño espacial con una futura agencia regional que emulará a la Agencia Espacial Europea y en la que ya se sumaron Argentina, Bolivia, Ecuador, El Salvador y Paraguay, además de Colombia y Perú como miembros observadores.

«Los países latinoamericanos y caribeños no son punta de lanza en cuestión del espacio, pero si unimos esfuerzos es más fácil que las agencias con tecnología punta nos volteen a ver«, resumió a Efe Efraín Guadarrama, director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos de la Cancillería mexicana.

EL PRIMER PROYECTO: UNA CONSTELACIÓN SATELITAL

Esta es la joya de la corona de México al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un organismo regional que perdió fuelle por las diferencias ideológicas pero que México ha conseguido reflotar con proyectos de cooperación, y de la que este año es presidente «pro tempore«.

La idea es sin duda ambiciosa. Cuando se presentó el proyecto el pasado 16 de noviembre, México anunció nada más y nada menos que la región «ya no estará marginada de grandes proyectos como el regreso del hombre a la Luna en 2024 y la exploración del planeta Marte».

Pero de momento mantienen los pies en la Tierra, conscientes de que consolidar esta institución es una carrera de largo aliento que puede durar más de una década.

Por eso, el pequeño embrión de la ALCE se plantará el próximo año con la construcción de un nanosatélite que se pondrá en órbita un año después para rastrear océanos y plantaciones agrícolas.

«Hay la posibilidad de tener una constelación de nanosatélites que se pueda ir instalando en los próximos años», explicó Guadarrama.

EN BUSCA DE LA AUTOSUFICIENCIA ESPACIAL

Y es que la carrera espacial no es sólo la pisada de Neil Armstrong en la Luna que supuso «un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad». Ni tampoco la todavía utópica colonización de otros planetas.

Sino que de la tecnología satelital dependen sistemas de comunicaciones, televisiones, celulares y computadores. Y también mecanismos de observación de la Tierra para prevenir desastres o estudiar los efectos del cambio climático.

«Nuestra vida no sería como es si no tuviéramos el recurso espacial», explicó a Efe José Francisco Valdés, experto en Ciencias Espaciales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual tiene su propio programa espacial.

Es normal que en un ámbito del que depende el día a día de los más de 600 millones de habitantes de la región, Latinoamérica quiera romper la dependencia que tiene de otros países.

México, por ejemplo, tuvo que comprar a la Agencia Espacial Europea imágenes del sureste del país para coordinar la respuesta a la situación devastadora que dejó a principios de mes el huracán Eta en Tabasco y Chiapas.

«Hasta hoy en día hemos estado subeditados a las potencias que tienen el dinero y los recursos para lanzar satélites y por tanto cualquier uso que hagamos de ellos está supeditado a sus deseos y a las imágenes que tengan de nuestro territorio», opinó Valdés.

EL RETO DEL PRESUPUESTO

El presupuesto es precisamente la gran incógnita y el gran reto de la futura ALCE. En su informe de actividades para el período 2020-2024, la Agencia Mexicana del Espacio aquejaba los «recursos escasos» que recibe, de sólo tres millones de dólares, un presupuesto a años luz de los 18.500 millones de la NASA estadounidense, los 5.600 millones de la rusa Roscosmos o los 5.500 millones de la agencia europea.

Pero Guadarrama pidió calma en ese sentido, pues considera que una agencia regional permitiría incluso ahorrar recursos compartiendo tecnologías entre países. «No es necesario grandes presupuestos, lo que se necesita es voluntad política», dijo el funcionario.

Bolivia, por ejemplo, tiene un satélite de observación de alta definición de su territorio, que podría servir también a Paraguay, país con una incipiente agencia espacial.

La enorme extensión territorial de América Latina es, además, una plataforma privilegiada para el envío de artefactos al espacio.

Inevitablemente los ojos están puestos ahora en Brasil, la mayor potencia espacial de la región, aunque pareciera que Jair Bolsonaro, quien abandonó la Celac, prefiere mirar a la Luna antes que a Latinoamérica.

A Valdés no le cabe la menor duda de que «Brasil va a tener que ser uno de los actores principales» de la ALCE, mientras que desde la Cancillería mexicana confían en poder cooperar con la mayor economía regional.

«Aunque algunos personajes pretendan negarlo, Brasil siempre será un país latinoamericano y del Caribe», subrayó Guadarrama.

Este jueves se cumplen 35 años de la misión que convirtió a Rodolfo Neri como el primer astronauta mexicano en ir al espacio. Ahora México pone las bases para que dentro de otros 35 años, Latinoamérica tenga su propio espacio en el espacio.