Sueltos de lengua”, el libro para aprender español “con una sonrisa

“Sueltos de lengua” es un libro que pone “el uso de español bajo la lupa”, y con el que su autora, la presidenta de la Academia Argentina de Letras, Alicia María Zorrilla, busca resaltar con un estilo de “humor gramatical” los errores más comunes a la hora de hablar y escribir para que “se aprenda con una sonrisa”.

Presidenta de la Academia Argentina de Letras, Alicia María Zorrilla

“Quiero que se aprenda con una sonrisa, este libro ‘Sueltos de lengua’ no es un divertimento, es para que con una sonrisa digamos ‘yo caigo en este error, me voy a corregir’, no es un libro para censurar, es para que se tome conciencia, desde el amor, porque yo respeto a todos los hablantes, y el respeto es amor”, afirmó Zorrilla .

Para ilustrar estos errores eligió ejemplos de la vida real que, además de reflejar un mal uso de la norma, tienen un grado de humor.

“‘Se alquila habitación con baño a 8 cuadras del centro’, y eso sale en la Argentina, que baño lejano, es imposible. La persona irónicamente le contesta: ‘me interesa, pero, ¿no tendrás uno con el baño un poco más cerca?”, comentó.

ERRORES RECURRENTES EN EL PERIODISMO

La también Miembro Correspondiente Hispanoamericana de la Real Academia Española ve en los zócalos televisivos, o rótulos, uno de los elementos que incluyen más errores, y señala alguno de los equívocos en los que caen los periodistas con más frecuencia.

“No hay periodista que diga bien ‘queramos’. El presente de subjuntivo del verbo querer es ‘queramos’, no existe ‘querramos’, existe querremos pero es el futuro. (…) Luego en medio de ese mar de equivocaciones me preguntan inocentemente cómo se dice, ‘la covid’ o ‘el covid’, como si fuera el único problema actual”, subrayó.

También le llama la atención el uso de las muletillas, muy empleadas en las entrevistas de televisión.

“No hay entrevistado que no diga ‘digamos’. A veces lo repiten ocho veces, yo estoy con mi libreta anotando todo, porque me llama la atención. Una vez se puede decir, pero se convierte en muletilla cuando se abusa”, destacó la doctora en Letras por la Universidad del Salvador y licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid.

En el caso del periodismo considera que, si bien “todo es muy apresurado”, el comunicador debería “tener un asesoramiento porque el periodismo es didáctico, el periodista es casi un profesor desde la pantalla o la radio”, y apunta que “hay periodistas que hablan muy bien y se preocupan por la lengua”.

LA IMPORTANCIA DE LA DUDA

Para no caer en los errores que señala su libro cree que “lo importante primero es dudar. Si no se tienen dudas, uno habla como quiere, hay libros que corrigen, por ejemplo el Diccionario Panhispánico de Dudas o en Argentina el Diccionario Normativo del Español de la Argentina”.

“Me sorprende que no se reflexione cómo se habla y cómo se escribe. Se lanzan las palabras, se cree que porque uno nace con la lengua incorporada, como digo yo, con la lengua puesta, no se la cambia nunca y se vive con ese vestido viejo sin pensar que hay nuevas normas”, agregó la autora de otros libros como “Retratos de la novela” y “La voz sentenciosa de Borges”.

En muchos casos observa una creencia de que “lo difícil es lo distinguido, y es al revés, lo claro es lo que da prestigio al que escribe”.

INSPIRADA POR UN ALUMNO

La creación de “Sueltos de lengua” se origina con la recomendación de uno de sus alumnos, que durante las clases anotaba todas las expresiones de su profesora que le llamaban la atención y en un momento se las envió a su correo electrónico y le sugirió que escribiera un libro con ese material.

“Parece que mientras yo daba clase anotaba todas las bromas que yo hacía y relacionaba con la gramática normativa, yo desconocía lo que estaba haciendo, cuando yo lo veía escribir pensaba que estaba anotando lo que yo escribía, eso me satisfacía”, recordó.

A pesar de su negativa inicial, la insistencia de su editor la llevó a escribir un libro que ahora es su “hijito menor”, y afirma que ya está “con la máquina en acción” para redactar una segunda parte del libro.

De cara al futuro de la lengua se considera “optimista”, ya que observa un mayor interés de la gente por hablar y expresarse “con decoro”.

“Yo soy optimista, no bajo lo brazos, yo creo que la gente está tomando conciencia, hace unos cuantos años no lo hacía tanto, ahora la gente está tomando conciencia y tiene interés en saber hablar bien y escribir mejor”, concluyó.

EFE