Vecinos de las comunidades de la ciudad de La Victoria, en el municipio Ribas, son caracterizados por el fortalecimiento de valores, donde como reza el dicho: “En la unión está la fuerza”, es por ello que en medio del confinamiento, muchos han decidido tomando los protocolos de seguridad pertinentes, implementar actividades que los una más como vecinos y qué mejor forma con la participación activa de misas y oraciones.
Tal es el caso, de los habitantes de la comunidad urbanística La Mora II, allí los que hacen vida en cada una de las urbanizaciones, se han dado a la tarea de en conjunto orar por medio de rosarios y misas donde participan todos, por cada una de sus causas particulares, sin dejar a un lado la petición denominadora de la erradicación de esta enfermedad que para el momento aqueja a todo el mundo.
Con respecto a este tema, la señora Omaira Maldonado durante una misa en una de las residencias, mencionó estar contenta de poder participar de estas jornadas, donde la fe y la unión se toman de la mano para una causa en común.
“En conjunto todos los vecinos tomamos esta iniciativa en vista de que no podemos ir a la iglesia como antes, entonces la iglesia viene a nosotros, a través de una oración con el sacerdote, quien nos dio la oportunidad de no solamente en esta ocasión orar por nuestros difuntos, sino también para erradicar el Coronavirus y mantenernos unidos como una comunidad, siempre respetando las medidas de bioseguridad”, dijo Maldonado.
Del mismo modo, Yeli Yépez agregó: “Estamos muy agradecidos con Dios y la Virgen por permitirnos en medio de este panorama que estamos viviendo, participar de la eucaristía. Me siento muy contenta, después de tantos meses de confinamiento poder compartir con mis vecinos, amigos y como dice Papá Dios: En la unión está la fuerza y mientras más juntos oremos mejor”.
En resumidas cuentas, esta es sólo una de las actividades que por urbanizaciones se han estado realizando tras las medidas de flexibilización, todas enmarcadas en las medidas de prevención ante el Covid-19 y con la participación exclusiva de quienes hacen vida en cada uno de estos conjuntos residenciales.
DANIEL MELLADO | elsiglo
