Investigadores de la Universidad de Granada (sur de España) han descubierto que algunos microorganismos como las bacterias pueden viajar de un continente a otro «escondidas» en el polvo atmosférico, según anunció este martes en un comunicado.
Los científicos de los departamentos de Edafología-Química Agrícola y Física Aplicada y al Centro de Instrumentación Científica han descifrado por primera vez el enigma del transporte intercontinental de microorganismos a través de los denominados iberulitos, partículas atmosféricas «gigantes» y potencialmente inhalables por el ser humano, y del polvo atmosférico, con el consiguiente riesgo de transmisión de enfermedades que supone.
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Los iberulitos son bioaerosoles atmosféricos poliminerálicos gigantes, de unas cien micras de tamaño medio que, desafiando las leyes de la gravedad, viajan entre continentes y transportan microorganismos vivos a modo de lanzaderas espaciales.
Fueron descubiertos en 2008 por investigadores del departamento de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Granada y del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA).
Este mismo equipo multidisciplinar de científicos ha desvelado ahora su mecanismo de formación, lo que implica por primera vez a las bacterias en su génesis y formación.
Los investigadores analizaron el polvo atmosférico depositado en la ciudad de Granada, que es heterogéneo y está dominado por minerales de la arcilla, cuarzo y carbonatos, y en menor medida, óxidos de hierro.
Además de este componente mineral, en este polvo aparece un componente biológico, bacterias, diatomeas, organismos plantónicos e incluso brocosomas, unos corpúsculos exudados por insectos como los saltamontes.
La procedencia del polvo es del desierto del Sahara, norte-noreste de África y de suelos locales o regionales. Las interacciones en la atmósfera de estos dos componentes con las nubes, darán origen a los iberulitos cuya composición han estudiado ahora.
Para caracterizar los iberulitos y desentrañar el enigma de su existencia y formación, los investigadores investigaron su composición mineral, composición elemental, tamaño del polvo atmosférico y origen de las masas de aire, así como los mecanismos de formación atmosféricos, implicando a las bacterias.
Con los datos obtenidos, los científicos modernizarán en el futuro la inhalación y penetración en las vías respiratorias de las diminutas partículas menores de 10 micras de las que consta el iberulito, así como del destino de las bacterias transportadas.