Clara y Claire: novela contra los estereotipos sexistas

¿Pueden las mujeres ser objeto de deseo después de los 50? La escritora francesa Camille Laurens, miembro de la Academia del Goncurt, se revela en “Clara y Claire” contra los estereotipos sexistas y denuncia la invisibilidad de las mujeres en este inquietante thriller sobre amor y redes sociales.

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Claire, una mujer divorciada de 48 años se inscribe en las redes sociales con el perfil falso de una joven de 24 años con el que logrará conquistar a Chris, eterno adolescente treintañero con delirios artísticos que, a su vez, se enamorará del alter ego de la protagonista.

Narrada desde varias perspectivas y desafiando al lector, que deberá elegir cuál es la realidad que desea creer, “Clara y Claire” sale ahora en español tras su éxito en Francia, donde fue llevada en 2019 a la gran pantalla con la actriz Juliette Binoche en el papel principal.

“La narradora, Claire, está muy enfadada porque se ha visto afectada por esta invisibilidad que afecta a las mujeres que rozan los 50. Es algo que he podido observar tanto en mí misma como en muchas amigas”, constata la escritora en una entrevista con EFE en la sede de su editorial francesa, Gallimard.

“A partir de esa edad -añade- nos toca ocupar el rol de madres, de mujeres depresivas, pero nada de romanticismo, como sí ocurre con los hombres a esa edad”.

Lo resume en una frase contra la que su Claire intenta luchar a lo largo de la novela:“Los hombres maduran, las mujeres envejecen”.

Curiosamente, cuatro años después de la publicación del libro en Francia, recuerda que los intentos de su protagonista por ser amada fueron especialmente criticados por el público femenino, de quien recibió cartas invitándola a aceptar las convenciones: “A partir de una cierta edad, mejor dedicarnos a tejer”, le decían.

“Las mujeres han sido muy pacientes a lo largo de los siglo. Desde el ‘Me too’ hay una toma de conciencia de que no nos podemos permitir esperar a esperar la buena voluntad de los hombres. Hay que actuar”, opina Laurens.

FICCIÓN E INTRIGA

A lo largo de sus treinta años de carrera, Camille Laurens, seudónimo de Laurens Ruel (Dijon, 1957), ha evolucionado desde el thriller detectivesco hasta una autoficción en la que ha encontrado reconocimiento y premios como el Femina, el Renaudot de estudiantes y alguna nominación al Goncourt, del cual es miembro del jurado desde febrero.

En “Clara y Claire”, publicado en español por la editorial Sitara, estos elementos se unen con la dificultad de distinguir -como ocurre en las redes sociales- entre lo que es realidad y ficción, una dualidad que interesa especialmente a la autora.

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“El amor no tiene la misma forma desde que aparecieron las redes sociales, y es una cuestión muy importante, incluso política. Es fundamental ver cómo la gente se ama, tiene miedo de amarse o se traiciona por la angustia de mostrar quiénes son en realidad”, dice Laurens.

La imaginación, asume, forma parte del amor, pero las redes sociales han potenciado nuestra capacidad de venerar lo idílico. Un defecto que atrapará a su protagonista.

“Esto ocurre porque necesitamos un ideal romántico, como el príncipe ideal o esa idea de la mujer perfecta que tienen algunos hombres. La confrontación entre ese fantasma y la realidad puede crear un sufrimiento, incluso una humillación”, opina.

En su profesión, Laurens no se ha sentido atrapada por ser mujer como han señalado otras escritoras, entre ellas su compatriota y cada vez más popular Annie Ernaux, que ha puesto en evidencia que solo empezó a ser tomada en serio a partir de una cierta edad.

“Es una cuestión que queda ampliamente demostrada en ese discurso sobre libros de mujeres que hablan para mujeres, y que por tanto no son interesantes, mientras que las historias de hombres son consideradas universales. Los hombres han crecido pensando que esos temas no les conciernen, pero no es cierto. Hay toda una educación por hacer”, defiende.

Una dicotomía que también se palpa en su novela, donde todos, hombres y mujeres, están dispuestos a perseguir hasta el abismo su inalcanzable sueño romántico en una lucha de sexos que parece irreconciliable.

EFE