Gianfranco Rosi presenta rodaje “Nocturno”

Desde el mismo estudio de Roma donde pasó el confinamiento y en el que montó su película, el director italiano Gianfranco Rosi ha presentado hoy en una rueda prensa telemática “Nocturno”, rodada a lo largo de tres años en Oriente Medio y que ofrece un testimonio del “dolor” en la frontera.

“El dolor y la tragedia son universales, el dolor de una madre es igual en Siria, Líbano o Irak”, ha dicho Rosi, que ha abierto las proyecciones de la sección oficial del 17 Festival de Cine de Europeo de Sevilla (sur) que se celebra desde hoy hasta el 14 de noviembre.

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La exploración del territorio fronterizo es una constante en la filmografía de este director, que con “Sacro Gran” (2013), filmada en la periferia de Roma, ganó el León de Oro en Venecia y el Giraldilla de Plata en Sevilla y en “Fuego en el mar” (2016) conquistó la Berlíngale con su visión de la crisis migratoria en la isla de Lampedusa.

“Nocturno” entreteje distintas historias, la de una madre kurda que busca el rastro de su hijo asesinado por los turcos en un cobertizo; la de un hombre en motocicleta que busca comida por un paraje dominado por las extracciones petrolíferas o la de un joven que cada día se levanta para buscar trabajo de lo que sea.

La lucha por la supervivencia de esos personajes reales contrasta con el horror que siembran los diaristas de Estado Islámico. Rosi tiene un modo muy personal e intenso de implicarse en las historias que rueda. Este viaje, ha explicado, lo comenzó sin cámara y se pasó los ocho primeros meses investigando el territorio y estableciendo relaciones con sus habitantes sin filmar un solo plano.

Moverse por esos territorios sin convertirse en objetivo militar era complicado, ha señalado, lo que explica también el largo tiempo invertido en esta película. Del último viaje a la zona regresó el 28 de febrero pasado, con la sombra de la covid-19 ya planeando sobre Europa.

“Sentí que la agonía y la impotencia de esas personas a las que filmé se trasladaba a mí, había un paralelismo entre la covid-19 y el Estado Islámico: ambos son enemigos invisibles, puedes estar en un mercado y volar por los aires o en un supuesto control de carretera que resulta ser un ataque terrorista”, ha señalado.

Su objetivo en “Nocturno” era mostrar a los personajes más allá de los conflictos, la vida cotidiana tratando de salir a flote con los ecos de guerra al fondo.

Nunca trabaja con un guion cerrado, ha asegurado, sino que parte de una idea “más o menos abstracta” y deja que la película “tome vida” a partir de los encuentros con las personas.

“Por eso necesito tiempo, el tiempo para encontrar la historia, para establecer una relación de confianza con los protagonistas, para que el silencio tenga un significado”, ha explicado.

Nacido en Eritrea, Rosi asistió a la universidad en Italia y se mudó a Nueva York para graduarse en la New York Universito Film School en 1985. En 1993 produjo y dirigió “Boatman”, filmada en La India, película que pasó por festivales como los de Sundance, Locarno y Toronto.

Tras el cortometraje “Afterwords”, estrenado en Venecia, filmó el documental “Below Sea Level” en 2008 en California, con el que ganó el Premio al Mejor Documental en la sección Horizonte en Venecia, así como sendos premios en Cinema du Réel y Praga, y fue nominado a los Premios del Cine Europeo.

En 2010 rueda “El Sicario“, ganador del Premio Fresco en Venecia, festival al que vuelve para alzarse con el León de Oro por “Sacro Gran”.

“Fuego en el mar” (2016) le valió el Oso de Oro en la Berlíngale, un Premio del Cine Europeo y una nominación a los Óscar, mientras que “Nocturno’, su último filme, ganó tres premios en la última edición de Venecia.

 

EFE