Las plantas, repelentes naturales contra insectos transmisores enfermedades

La presencia de mosquitos transmisores de la fiebre del Nilo en Andalucía, en el sur de España, -que ha provocado seis muertes- y la existencia de otros insectos vectores de la fiebre amarilla o el Zika, entre otras enfermedades, permite pensar que antiguamente -cuando no existían los químicos- los mejores repelentes eran las plantas.

enfermedades de Las picaduras de los mosquitos del género Culex, causante de la fiebre del Nilo, han afectado además a 84 caballos y han provocado la muerte de un quebrantahuesos y un buitre negro en Andalucía.

El biólogo del Real Jardín Botánico-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (RJB-CSIC) de Madrid, Ramón Morales Valverde, explica que “hay muchas plantas que se han utilizado siempre para repeler los insectos y sus picaduras en las casas, sobre todo en las noches”.

Una de las plantas más conocidas y “eficaz” para este propósito es el ailanto (“Ailanthus altissima”), porque al apretar sus hojas emiten “un olor muy desagradable”, explica a Efe el investigador del Botánico madrileño.

El ailanto, también conocido como “árbol del cielo”, por la gran altura que alcanza -con una hoja compuesta-, es una especie invasora procedente del este de Asia, que se introdujo en Europa en el siglo XVIII, se propaga con mucha facilidad y está actualmente presente en muchos lugares.

“La gente no lo conoce, pero es un repelente de mosquitos de primera por el olor de sus hojas”, señala Morales Valverde, doctor en Ciencias Biológicas, quien ha pasado 44 años investigando y publicando sobre sus estudios de plantas en España, Portugal, Guinea Ecuatorial, Chile, Costa Rica, Cuba, entre otros muchos lugares.

Otra planta con propiedades para alejar a los insectos es la albahaca (Ocimum basilicum) de hoja fina, una planta “muy conocida” y que se utiliza en invernaderos y plantaciones para poner en medio de cultivos.

Antiguamente, “la gente se la ponía en la mesilla de noche para repeler a los insectos”.

Es una planta “muy fácil de cuidar en casa”, solo necesita mucha luz solar, sostiene el biólogo del Botánico, quien recuerda que la albahaca es, además, un gran condimento, con la que se preparan salsas como el pesto, entre otras cosas.

La lista de plantas repelentes continúa con la citronela (“Cymbopogon”), de origen indio, es una gramiea de la familia de los cereales, del trigo y la cebada, y que al apretar sus hojas “da un olor alimonado”.

“La tenemos en el Jardín Botánico”, pero aguanta muy mal las heladas, por lo que es necesario cubrirla. Actualmente, se cultiva en el sur de España, “donde aguanta mejor las temperaturas”.

La citronela, planta de hojas largas, se utiliza para la fabricación de los productos cosméticos y también para repelentes de insectos, explica.

Al listado se suma el conocido como clavel chino (“tagete”), de color naranja o amarillo muy intenso, muy utilizado en la jardinería, cuyas hojas despiden “un olor fuerte”.

Aunque su origen está en México, donde se le llama la “flor del muerto”, se conoce en muchos lugares y recibe asignaciones geográficas tan distintas como clavelón de la India o clavel turco.

El tagete también se utiliza en los cultivos ecológicos para repeler insectos y evitar el uso de productos químicos, sostiene Morales Valverde.

El investigador del CSIC sostiene que el cambio climático y el aumento de temperaturas “está favoreciendo la propagación de algunos insectos, contra cuyas picaduras se puede luchar con plantas. Sin embargo, advierte de la toxicidad de algunas especies.

“Hoy hay la tendencia de que todo lo natural y todo lo bio es saludable”, pero hay algunas plantas “muy tóxicas, como los tejos, todas sus hojas contienen sustancias muy tóxicas y pueden ser perjudiciales para la salud”.

Recuerda que antiguamente, se decía “qué mala sombra tiene”, para advertir a las personas sobre los perjuicios de ponerse debajo de determinados árboles, por las sustancias que despiden sus hojas y lo perjudicial que puede ser dormir debajo de ellos, concluye Morales Hernández en la que probablemente sea su última entrevista diez días antes de dejar para siempre los jardines del Botánico.

EFE