El gobierno bielorruso abrio una investigación al arzobispo de Minsk y Moguiliov por la sospecha de que ostenta otra ciudadanía que no es la bielorrusa, en clara alusión a la polaca, y según por Lukashenko lo acusa de realizar “misiones concretas” de polonia durante su estadia en ese país.
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SE REFUGIAN EN TEMPLOS
La semana pasada manifestantes y periodistas se refugiaron en la inglesia conocida como Iglesia Roja de la ciudad Minsk, que está cerca de la sede del Gobierno, para evitar ser detenidos por los efectivos antidisturbios.
La policía impidio la salida a los que encontraron cobijo en el templo, lo cual indignó a muchos en Bielorrusia, recordaron casos cuando los nazis quemaban vivos a quienes se refugiaban en las iglesias durante la invasión de Bielorrusia.
El mismo Kondriusewicz denunció de “ilegal” el comportamiento de las fuerzas de seguridad, manifestando de “pecado grave” impartir órdenes criminales como la de recurrir a la violencia para detener a los manifestantes.
“La iglesia siempre fue un lugar para la salvación del alma y del cuerpo. La policía encerró a la gente en la iglesia y ahora nos ha cambiado los candados de las puertas. Es algo muy triste y doloroso. Estamos impactados y no sabemos qué hacer”, denunció anónimamente un sacerdote.
EXIGEN EXPLICACIONES
El arzobispo, que se encuentra ahora en la ciudad polaca de Belostok, comunicó a Efe que ha enviado una carta a los servicios fronterizos en la que les pide explicaciones.
“No sé por qué no me dejan volver. No me lo dicen. Lo que puedo decir es que yo no me reuní con nadie en Polonia”, subrayó.
En unas recientes declaraciones a un canal de televisión católico polaco, el arzobispo comentó que todo indica que las elecciones del 9 de agosto, en las que, según los datos oficiales, Lukashenko fue reelegido con más del 80 % de los votos, no fueron justas.
Asegura que los católicos, que estima en 1,5 millones, y los ortodoxos siempre se han llevado bien, y que nunca han tenido problemas con Lukashenko.
EFE