La relatora especial de la ONU Agnes Callamard denunció hoy ante el Consejo de Derechos Humanos que el creciente uso de drones militares está normalizando de forma preocupante las ejecuciones de objetivos enemigos, incluso en países no beligerantes, por lo que pidió una regulación de estas armas.
“A medida que más ejércitos y actores no estatales adquieren drones armados y los usan en ejecuciones aumenta el riesgo de que la guerra sea vista como algo normal”, señaló Callamard, relatora para Ejecuciones Extrajudiciales, Sumarias y Arbitrarias, en rueda de prensa posterior a su intervención en el consejo.
La experta francesa presentó hoy ante el Consejo de Derechos Humanos su informe sobre el uso de drones armados en el mundo, y reveló que ya hay más de un centenar de países y al menos una veintena de actores no estatales que disponen de este armamento.
“Demasiados políticos admiran su presunta eficacia, así como el hecho de que su uso supone un menor coste político que el despliegue de tropas armadas”, explicó Callamard, quien también afirmó que su supuesta precisión “quirúrgica”, con la que sólo matarían los objetivos designados, es un falso mito.
La relatora aseguró que a medida que aumenta la presencia de drones en los ejércitos y aumenta su capacidad letal, el mundo “está en un momento crítico en el que debe regular su uso”.
Callamard pidió la adopción de medidas y estándares estrictos para controlar la proliferación de este armamento, que en su opinión carece de forma generalizada de regulaciones.
La relatora también afirmó que “el mundo entró en una nueva fase muy distinta” tras el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en Irak el 3 de enero de este año, mediante un dron operado por el ejército estadounidense.
“La comunidad internacional debe hacerse la idea de que los países, usando este precedente, eliminen altos cargos militares o no militares sin que medie una guerra, justificando el ataque en razones de autodefensa”, advirtió.
Callamard lamentó que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas haya guardado silencio ante este tipo de ataques con drones, un silencio que según ella ha sido interpretado por muchos países como un consentimiento implícito para usar este armamento.
