“Prefiero morir con las botas bien puestas y no entregarme a la Policía”

Omer Miguel Reyes Perdomo, de 36 años de edad, conocido en el mundo delictivo como “El Homero”, quien estaba siendo activamente buscado por las autoridades del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas como uno de los delincuentes más buscados en Rosario de Paya, parroquia Pedro Arévalo Aponte del municipio Santiago Mariño del estado Aragua, vinculado a la banda de “El Patán” en los delitos de cobro de vacunas, robo, extorsión y en otros hechos ilícitos, siempre le manifestaba a sus seres queridos lo siguiente: “Prefiero morir con las botas bien puestas y no entregarme a la Policía”.

Prefiero morir y
Un fuerte dispositivo de seguridad se montó en la mañana del jueves en Piñonal

Su lema se cumplió tal como lo expresaba ante sus seres queridos, quienes siempre le aconsejaban que se retirara de ese mundo, ya que esa carrera era “muy corta”.

Incluso le pidieron que se fuera del país, ya que tenía suficiente dinero para tener una mejor vida en otro país y no andar huyendo de la justicia. No tendría paz y tranquilidad como ciudadano.

Omer Reyes andaba en constante zozobra y nervioso todo el tiempo, pues temía que en cualquier momento de la vida caería en manos de la justicia o sino en un enfrentamiento.
Se dirigía al baño, a la cocina, al patio de la casa, se acostaba a dormir y salía a visitar a sus amigos, llevando consigo su pistola Glock. Se trataba de su compañera las 24 horas del día.
Sin embargo, respondía lo siguiente: “Ya estoy metido en ese mundo, sólo me sacarán muerto”, y así se cumplió su profecía.

SE CUMPLIÓ SU PROFECÍA

Este jueves en horas de la mañana, “El Homero”, quien presentaba un amplio historial policial por diversos delitos, entregó su vida en un enfrentamiento que se prolongó por varios minutos.

De acuerdo a la descripción de los hechos, el individuo al verse acorralado, saltó de un tercer piso e incluso trepó paredes buscando desesperadamente una salida para burlarse de las autoridades.

Como no tuvo chance de escapar y verse atrapado en medio de un montón de policías, “El Homero”, quien se creía como especie de un “Rambo”, se detuvo momentáneamente y frente a los funcionarios, al estilo de los grandes vaqueros de las películas de Hollywood disparó su pistola en repetidas ocasiones contra las comisiones policiales como manifestando lo siguiente: “No me voy solo de este mundo, me llevaré a alguien”.

Es allí cuando comenzó el zafarrancho. Tiros iban y venían de lado y lado. Según vecinos de la zona de Piñonal, específicamente en la calle Manuel Morales cruce con la calle 11, vivió una escena de películas de vaqueros. Uno de los tantos proyectiles hizo blanco en la humanidad del sujeto y éste logró herir a un funcionario con un disparo rasante a nivel del cráneo y el segundo investigador del Cicpc, recibió un disparo a nivel del tórax.
Se dijo que el sabueso, a Dios gracias, salvó su vida milagrosamente ya que portaba en ese momento su chaleco antibalas. Aunque las comisiones lo trasladaron a un centro asistencial, el hombre, según versión de la familia, ya estaba muerto.

Omer Reyes murió con las botas bien puestas y cumplió con su palabra de no entregarse a la Policía, afirmaron los parientes.

PERDIÓ SUS BIENES

Por otro lado, su fortuna invertida en la compra de camionetas, gandolas, vehículos livianos y otros bienes materiales que amasó en su corta vida, la obtuvo a través de las vías ilegales.
Durante el procedimiento, las comisiones policiales incautaron vehículos y bienes que pasarán supuestamente a manos del Estado venezolano o serán utilizados en la institución para reforzar el trabajo policial, según la información conocida a través de fuentes consultadas de manera extraoficial.

Además se informó que la esposa fue detenida como cómplice, y será presentada en el transcurso de las próximas horas ante un tribunal del Circuito Judicial del estado Aragua.
Se conoció asimismo que la familia de Omer no emprenderá acciones legales para recuperar los bienes, y le corresponde accionar a la mujer, quien, al parecer, heredó de su progenitor una fortuna.

Como dicen por ahí: “El crimen no paga”, “la carrera delictiva es la más corta del mundo”.

YO QUIERO ES A MI HIJO

Por su parte, la madre, quien no quiso identificarse manifestó lo siguiente: “De qué me sirvió el dinero, si ya no tengo a mi hijo”.

“Yo quiero es a mi hijo”, dijo. El individuo incursionó en ese negocio sucio, pero gracias a Dios no involucró a su señora madre en ese asunto, quien, de sus ojos brotaban lágrimas de dolor y sufrimiento. Y no es para menos. Es un motivo de reflexión para quienes están metidos en el mundo del hampa.

LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO