Niños de Palo Negro endulzan el futuro

Las tradiciones de un pueblo son las que les permiten a sus habitantes perdurar en el tiempo y pasar de generación en generación manteniendo sus raíces y gentilicio que se propaga con el conocimiento de su identidad cultural.

La dulcería criolla una alternativa para los jóvenes palonegrenses
La dulcería criolla una alternativa para los jóvenes palonegrenses

En el caso de Palo Negro, municipio Libertador, la dulcería criolla es su tarjeta de presentación, una tradición que salió a la luz de la mano de un grupo de mujeres lideradas por Eloína Salazar y Aura Sánchez, quienes decidieron empoderarse y hacer de la dulcería una actividad comercial que les dejara buenos dividendos, pasó a ser un visión para niños y adolescentes que hoy sueñan con ser maestros dulceros y dejar en alto a los palonegrenses.

QUIERO SEGUIR LOS PASOS DE MI MAMÁ Y MI TÍA

Ariadna López tiene 8 años de edad, estudia 3er grado y desde hace dos años entró al mundo de la dulcería criolla, siguiendo los pasos de la mamá María José Marrero Salazar, contador y su tía Adriana Marrero Salazar, administradora. “A pesar de que mi mamá y mi tía son profesionales crecieron viendo a mis tías y a mi abuela haciendo dulces y decidieron dedicarse a este ramo del comercio y yo estoy siguiendo sus pasos. Me gusta hacer todo tipo de dulces en especial las galletas de chocolate, paledonia y los besitos de coco son mi especialidad”.

Hacer dulces es una experiencia única – dijo Ariadna- “Me gusta mezclar los ingredientes, integrar elementos nuevos que permitan degustar diferentes sabores. Cuando yo sea grande voy a ser una gran dulcera y voy a innovar en cuanto a mezclas e ingredientes, sin perder la esencia de los dulces tradicionales de mi pueblo”.

ME GUSTARÍA DEDICARME A LA DULCERÍA

Para Jhoanny Masabé, una joven de 16 años, estudiante del 5to año de bachillerato, la dulcería representa la carrera que quiere seguir. “La combinación de mezclas y sabores es algo que me apasiona, cuando yo sea adulta quiero dedicarme a hacer dulces como paledonia, torta María Luisa, besitos de coco, conservas. Me gustaría inventar mis propios dulces que dejen a más de uno delirando cada vez que prueben un dulce hecho por mis manos”.

Sin duda alguna me gustaría dedicarme a ser dulcera de mi amado pueblo de Palo Negro y ser reconocida en el tiempo como la mejor. Mis postres favoritos son el arroz con leche, torta de mango y las galletas de vainilla, dijo la joven dulcera.

HACER DULCES ES MI PASIÓN

Hacer dulces es una pasión que desde niña tiene la joven Yorgelis Pérez de 16 años, y desde entonces sintió curiosidad por experimentar, pero no fue si no hasta el 5to año de bachillerato que se animó a entrar al proyecto de “La Dulcería Criolla va a la Escuela”, encabezado por Eloína Salazar y Aura Sánchez.

“Definitivamente cocinar es una pasión, para ello es importante que te guste lo que estás haciendo, hornear paledonias, torta María Luisa, suspiros, arroz con leche, galletas y preparar algunas bebidas tradicionales como el carato, es la mejor manera de poner en manifiesto la cultura del pueblo que me vio nacer. Quizás estudie para ser maestra o abogada, pero sin duda alguna que paralelamente a ello, seré dulcera”.

EL CHOCOAUYAMA ES EL DULCE QUE MEJOR ME QUEDA

Danny Pérez de 12 años, y estudiante del 1er año de bachillerato, hacer dulces también es un trabajo laborioso que pueden hacer los hombres. “Cocinar o hacer dulces ya no es exclusivo de mujeres, gracias al proyecto escolar de la dulcería criolla, pude descubrir mis habilidades para hornear y quizás pueda hacer de ellos una entrada de dinero que me ayude a consolidar otros proyectos, sin tener que abandonar mi pasión de hacer dulces”.

Cada dulce tiene su toque especial, pero para mí el que mejor me queda es la nutella de auyama “Chocoauyama”, es uno de los más pedido y más ricos, por eso es mi postre favorito.

HACER DULCES ES LA MEJOR MANERA
DE MANTERNER NUESTRAS TRADICIONES

Para el joven de 12 años, Anry Márquez, la dulcería criolla es la mejor manera de conservar las tradiciones de Palo Negro. “Cada dulce tiene un significado espacial, en mi caso un buen pan, golfeado o torta con los ingredientes únicos que las dulceras y dulceros le ponen hacen la diferencia. Nada como comer una buena paledonia, o una rica Maria Luisa, un buen golfeado con el toque palonegrense, eso es lo que me motivó a aprender este oficio de la dulcería criolla”.

QUIERO ESTUDIAR PARA SER UNA GRAN COCINERA

Cuando sea grande quiero ser una gran cocinera y ya me estoy preparando para eso. “Incursionar en el mundo de la dulcería criolla es el primer paso para en un futuro convertirme en una gran chef, sin dejar de lado mis raíces palonegrenses. Un buen besito de coco acompañado de rico carato es lo que me motivó a hornear los mejores postres y lo que me servirán para que en un futuro logre mi meta de ser la mejor chef de dulces en todo el mundo”, expresó Michellys Burgos, de 11 años, estudiante del 8vo grado.

ANHELO SER UNA DE LAS MEJORES REPOSTERA Y ABOGADA

El proyecto “La Dulcería Criolla va a la Escuela”, me permitió ampliar mis conocimientos en cuanto a la gastronomía dulce palonegrense, aseveró Rogetsy Velásquez, de 13 años, estudiante del 8vo grado de bachillerato.

“Hornear desde una galleta hasta una torta MarÍa Luisa son técnicas que te permiten ir desarrollando habilidades y destrezas culinarias que puedo ir perfeccionando con el tiempo, hasta abrir mi propio negocio y paralelamente hacer una carrera como abogada, es la meta que quiero cumplir a mediano y largo plazo”.

IRIOS MÉNDEZ | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA