Tocar instrumentos de viento aporta muchos beneficios a niños y adultos

Tocar instrumentosEl aprendizaje musical en sí es muy bueno, no sólo para el bienestar emocional, sino para la salud física. Entre todos los instrumentos que existen, los de viento contribuyen a desarrollar una buena respiración, una mejor motricidad, destreza manual, corrección postural y coordinación.

Los efectos positivos de la música en el ser humano son infinitos. Y más aún si la manera de acercarse a ella es tocando algún instrumento, una actividad que trae innumerables beneficios, no sólo en niños, sino también en adultos; nunca es tarde para aprender.

Tocar un instrumento musical es una alternativa para realizar una actividad diferente al estudio o el trabajo, que además contribuye a desarrollar el pensamiento, las habilidades artísticas y la creatividad.

Existen diversos tipos de instrumentos, están los de cuerdas, percusión, los eléctricos y los de viento, estos últimos son altamente recomendados, sobre todo en la infancia, ya que aportan muchos beneficios.

¿Por qué elegir los instrumentos de viento?

Aparte de lo beneficioso que es el aprendizaje musical, los instrumentos de viento aportan ventajas al desarrollo psicomotor y físico de los niños.

Una correcta respiración y el desarrollo del soplo en edades tempranas, lo cual se ejercita con los instrumentos de viento, ayuda a corregir problemas del habla que se generan por un inadecuado apoyo respiratorio, así como dificultades tales como disfemias y prosodia.

De igual manera, instrumentos de viento, como el clarinete por ejemplo, contribuyen a fortalecer los músculos que intervienen en el habla y que tienen influencia en la buena pronunciación y articulación de los sonidos, así como ayudan a desarrollar la motricidad fina, la destreza manual, corrección postural, coordinación y propiocepción; esta última se refiere a la conciencia propia de la posición corporal de cada quien en el espacio.

Características, clasificación y origen

Todos los instrumentos musicales tienen una función completamente diferente, pero necesaria en algún momento por los músicos. Así tal cual ocurre con los instrumentos de viento, existen diversos tipos, cada uno tiene su particularidad en cuanto a estructura y materiales que derivan en distintos sonidos que son los requeridos en cada tema y género musical.

Una de las clasificaciones viene dada en lo que respecta al material con el que fue elaborado el instrumento. En tal sentido, se cuenta con los de viento-metal y viento-madera, así como se incluye en esta categoría unos muy particulares que son los de viento-teclado, que son los de tubo y los de acordeón.

Existe otra categorización que viene determinada en cuanto a la manera en la que penetra el aire al instrumento. En este particular hay que mencionar los de lengüeta simple, los de lengüeta doble, de depósito de aire y de embocadura.

Entre los instrumentos de viento en general que existen podemos mencionar la flauta la cual puede ser de pan, dulce, transversal y flautín; saxofón, clarinete, fagot, oboe, trombón, contrafagot, trompeta, tuba, trompa, armónica, acordeón, gaita, sintetizador y corneta.

Existen diversas características que describen y a la vez diferencian a los diferentes tipos de instrumentos de viento, una de éstas es el hecho de ser objetos de boca, es decir, tienden a tener una abertura para soplar a través de ella y se produzcan los sonidos.

Tienen lengüetas flexibles y blandas dispuestas así para su uso, y se distinguen del resto de los instrumentos musicales por ser aerófonos; es decir, mediante la vibración del aire producen los sonidos.

El origen de estos instrumentos se remonta a miles de años. En las antiguas civilizaciones las personas usaban cuernos de animales y caracoles, por ejemplo, para emitir sonidos en ceremonias tales como rituales para espantar malos espíritus, entierros u otros.

Posteriormente, en la Edad del Bronce, entre los años 1700 y 800 a.C., comenzaron a fabricarse instrumentos de metal fundido, pero el fin era utilizarlos en la guerra; específicamente para indicar alguna señal de alarma.

Lo que pudiera verse también como la génesis de los instrumentos de viento se vio en la época del Renacimiento, cuando solían juntarse instrumentistas y formar grupos para entretener a sus tribus, tal y como se tratase de lo que hoy día se conoce como los conciertos al aire libre.