“Vendí mi cabello por US$2 para alimentar a mis hijos”

El día que Prema Selvam vendió su cabello por 150 rupias (US$2) para alimentar a sus hijos pequeños fue el peor de su vida.

Esta madre de tres niños ya había perdido a su esposo después de que este se suicidara en un ataque de desesperación ante las crecientes deudas y un sueño fallido.

Incluso entonces, ella todavía tenía esperanzas.

Pero después de vender su cabello, se enfrentó a la perspectiva de no tener nada más de valor, ninguna forma de pagar a los acreedores que le exigían dinero y sin comida en la cocina.

Lo que sucedió después ha inspirado a gente de toda India.

Ahogada en deudas

Antes de que él muriera, Prema y su esposo habían trabajado en un horno de ladrillos en el estado de Tamil Nadu, en el sur de India, ganando en conjunto lo suficiente para mantener a su joven familia. Pero ellos querían más.

Su marido pidió un préstamo para montar su propio horno de ladrillos, pero este no despegó. En un momento de desesperación el año pasado, se suicidó.

Toda la presión recayó en Prema, no solo por conseguir suficiente dinero para alimentos, vestido y vivienda para ella y sus tres hijos, sino también para pagar lo que debían a causa de la empresa fallida.

Por un tiempo, se las arregló, se llevaba a sus dos hijos más pequeños a trabajar con ella.

“Cuando voy a trabajar gano 200 rupias (US$2,80) al día, lo cual es suficiente para nuestra familia”, le explica Prema a la BBC.

Pero la mujer se enfermó, lo que significaba que no podía ganar tanto.

“No podía cargar muchos ladrillos. Me quedé en casa la mayor parte del tiempo debido a la fiebre”.

Estuvo enferma durante tres meses. Al final de ese periodo, las facturas se habían acumulado y los armarios se habían quedado vacíos.

“Mi hijo Kaliyappan, de 7 años, regresó de la escuela y me pidió comida”, recuerda. “Entonces comenzó a llorar debido al hambre”.

Prema no tenía propiedades, joyas, objetos de valor ni utensilios de cocina que pudieran ser cambiados por efectivo.

“No tenía ni un billete de 10 rupias [US$0,14]. Solo unos cubos de plástico”.

Luego se dio cuenta de que, después de todo, sí tenía algo que podía vender.

“Me acordé de una tienda que solía comprar cabello”, cuenta Prema, y pensó inmediatamente en su cabellera.

India es uno de los principales exportadores mundiales de cabello humano, que se vende en todo el mundo para hacer extensiones. Algunos devotos hindúes ofrecen su cabello en los templos cuando sus oraciones son respondidas.

“Fui allí y vendí toda mi cabellera por 150 rupias (U$2)”.