Todo lo que se debe saber sobre el lepra

Todos los 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Lepra 2020, que se suele conmemorar el último domingo de enero.

Según la OMS; la lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por Mycobacterium leprae, un bacilo acidorresistente con forma de curva.

Afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos. La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se puede evitar la discapacidad.

¿Cómo se transmite?

La Organización Panamericana de la Salud explica que la lepra se transmite a través del tracto respiratorio superior, de una persona no tratada a otra, a través del contacto directo y frecuente. Una persona no se puede enfermar con un simple contacto con una persona que tiene lepra.

Aunque no es muy contagiosa, la lepra se transmite por gotículas nasales y orales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con enfermos no tratados.

¿Qué primeros síntomas se observan?

En el Día Mundial contra la Lepra 2020, explicamos que, principalmente, y al inicio, manchas en la piel, que posteriormente se convierten en lesiones cutáneas con una coloración más clara que la piel normal. También aparece pérdida de la sensibilidad.

Durante 2017, el Programa Mundial contra la Lepra dio a conocer su Estrategia Mundial para la lepra 2016-2020, que es responsable de vigilar la farmacorresistencia de la lepra, definida por la Estrategia Mundial contra la Lepra como una intervención fundamental.

Algunos datos sobre la lepra

En algunos casos los síntomas pueden aparecer en 1 año, pero también pueden tardar hasta 20 años.

Más de 40 casos de lepra son diagnosticados en niños a diario en todo el mundo.
La lepra se puede curar con un tratamiento multimedicamentoso.

Si no se trata, puede causar lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos.

En 2017, se registraron 211.009 nuevos casos de lepra a nivel mundial.
La lepra es curable con un tratamiento que mata al agente patógeno, cura al paciente y detiene la transmisión.

Si no se trata, las manos pueden adormecerse y los músculos pequeños se paralizan, lo que provoca que los dedos se curven.