Desde hace un año y medio aproximadamente el servicio de agua potable por tuberías comenzó a presentar inconvenientes en varios de los sectores que comprenden el urbanismo La Mora I en La Victoria, por lo que sus residentes le exigen a las autoridades soluciones ante las fallas registradas.
Los habitantes de La Mora buscando agua para llevar a sus casas
Y es que según los afectados, desde tempranas horas de la mañana los habitantes de las avenidas 32, 38, 39 y las calles 41, 42, 43 y 50, empiezan a realizar largas colas acompañados de sus respectivas carruchas con sus envases para almacenar el agua.
Enir Mayor, quien hace vida en la avenida 32, informó que desde hace más de un año están pasando esta calamidad con la distribución del vital líquido, señaló que en su caso hace entre 4 y 5 viajes para poder surtir sus botellones y tanques, que le permita realizar su quehaceres domésticos.
“En esta parte de La Mora estamos obligados a caletear el agua, porque si no nos morimos de sed y hambre. Es impresionante ver como la gente con carrucha cruza la avenida Intercomunal de La Mora, para poder tener un poquito de agua y nadie busca una solución”, puntualizó Mayor.
Isaías Borges, vecino de la calle 43, agregó que en conjunto han tratado de buscar soluciones para esta crítica dificultad. “Nos hemos reunido y hemos ido hasta la empresa Hidrocentro para denunciar y que nos den respuestas y lo menos que hemos conseguido es eso, siempre nos pelotean y no nos dan una solución, me parece una falta de respeto”, sentencio.
Por su parte, Rafael Martínez enfatizó su malestar por tener que “caletear agua todos los días, ante la indiferencia de las autoridades. “En mi casa yo soy el único que carga agua y me vengo desde bien temprano para poder obtener el vital líquido. Y pagar cisterna no es opción porque son demasiado costosas y nosotros por aquí no tenemos el dinero suficiente”.
Entre tanto, los denunciantes hicieron un llamado a los entes competentes para que se pongan la mano en el corazón y les den una solución efectiva a este problema que los tiene obligados a vivir en la desidia.
DANIEL MELLADO | elsiglo
