A tiros y machetazos mataron a un humilde agricultor

Deudos indicaron en la morgue de Bello Monte que a José Raúl Tarazona Eslava, de 40 años de edad, lo asesinaron a tiros y machetazos a pocos minutos después de haber salido de su casa ubicada en el barrio San Isidro, callejón El Gallo, parte baja de La Catarata, en la carretera Petare-Guarenas.

El pasado lunes a eso de las 5:00 de la mañana, José Raúl fue hasta el riachuelo en La Catarata a cargar agua para los quehaceres del hogar.

 

Luego de llenar varios tobos con el agua. Se fue hacia el conuco de la familia, a labrar la tierra. Posteriormente, una vecina escuchó gritos y disparos.

Una hora después de la salida de la casa de José Raúl, un hermano también se dirigió al conuco, a fin de llenar dos sacos con auyamas para cambiarlas por comida. En el trayecto vio un saco y la escardilla de José Raúl, pensó que estaba cerca y que se había llevado el machete.

Fue la vecina que escuchó los gritos y los disparos que le dijo al hermano de José Raúl, que estaba muerto a pocos pasos donde estaba el saco y la escardilla. El hombre acudió al sitio señalado por la mujer y localizó a su hermano muerto por disparos y con heridas abiertas en la cabeza, brazos, piernas y la región abdominal donde había exposición de vísceras, debido a los machetazos recibidos.

“Que Dios me perdone, pero ojalá que a mi hermano lo hayan matado los tiros y no los machetazos, porque debió sufrir mucho”, expresó con dolor y rabia otro hermano de la víctima”.

Al lugar del suceso se presentó una comisión del Cicpc, Subdelegación El Llanito, que colectó conchas de proyectiles, así como los implementos agrícolas de la víctima y otras evidencias de interés criminalístico, menos el machete que se lo llevaron los homicidas.

Familiares presumen que el crimen fue cometido por delincuentes del sector. Admitieron que José Raúl era de carácter fuerte y tal vez pensó enfrentar a los sujetos con el machete, pero no se imaginó que los tipos estaban armados. La víctima era el menor de tres hermanos.

EFRÉN PÉREZ HERNÁNDEZ | elsiglo-Caracas