El mundo de la salud está cambiando a un ritmo vertiginoso merced a las tecnologías disruptivas. Cuando se habla de inteligencia artificial e impresión 3D, pero también de móviles, relojes conectados o pulseras de actividad que monitorizan la actividad física, el sueño y algunas constantes vitales como el ritmo cardiaco.
Las innovaciones mejoran diagnósticos y tratamientos gracias a ‘apps’ que permiten el seguimiento integral de procesos médicos. Programas de asesoramiento digitales personalizados, dietas adaptadas (a alergias, intolerancias, diabetes o embarazadas) o rutinas de ejercicio son algunas de las aplicaciones más comunes. ¿El objetivo? Mejorar el bienestar, evitar lesiones y detectar enfermedades de forma precoz, antes incluso de que aparezcan los primeros síntomas.
Los relojes inteligentes y pulseras de actividad captan y cuantifican datos relativos a la actividad física, controlan las constantes vitales del usuario y alertan de condiciones del entorno. Entre los ‘wearables’ médicos especializados están los que pueden medir niveles de insulina y otras variables biológicas asociadas a diagnósticos médicos.
