Un kilo de harina de maíz precocida era lo más accesible a la familia venezolana, existiendo actualmente distintas marcas y calidades, pero los precios actualmente en constante alza han generado la baja de las ventas, algo que nunca había ocurrido.
Ante esta insólita situación, los negociantes son los más afectados, ya que, a pesar de ser un producto de primera necesidad, son muchas las harinas que se quedan frías en los anaqueles.
Los comerciantes del centro de Cagua han tenido que ingeniarse nuevas estrategias de venta, para hacer frente a los efectos negativos de la hiperinflación y para que la gente no se espante con su elevado precio.
Al respecto, Víctor Morloy, dueño de un local, indicó que “las ventas han estado muy bajas a pesar de ofrecer distintas marcas. La harina más cara está en 28 mil bolívares, y la más económica en 25 mil 500, pero eso aumenta todas las semanas, porque cuando me distribuyen los bultos siempre viene peor“.
Morloy se mostró contrariado por la cantidad de paquetes de harina de maíz que se le quedan fríos en los anaqueles de su negocio, lo que antes no ocurría.
A su vez, José Pereira, también comerciante, expresó: “nosotros vendemos con un margen de ganancia del 5% para ayudar al pueblo, porque no está fácil. Se vende prácticamente a precio de costo y aquí sí se ve buena la cosa, a pesar de no ser muy regular, sí sale“.
Sin embargo, Pereira se mostró preocupado por la lentitud de las ventas en esta época prenavideña, en la cual incluso las harinas “volaban” como preámbulo de la temporada de las hallacas.
ANDREA SUBERO (Pasante) | elsiglo
