El mito del Triángulo de las Bermudas

No podíamos en nuestra página, dejar de contentar los deseos de muchos de nuestros lectores, ávidos de informaciones sobre el famoso Triángulo. Internet está lleno de búsquedas sobre las misteriosas desapariciones de barcos y aviones en esta inmensa superficie marítima situada entre los vértices de Puerto Rico, Fort Lauderdale, -en Florida-, y el archipiélago de las Bermudas. Más de 1,1 millones de kilómetros cuadrados de océano.

Supuestamente, en está zona del océano Atlántico se han sucedido numerosas desapariciones de aviones y barcos. Desapariciones inexplicables y extrañas, más aún, explicables por causas sobrenaturales o vinculadas a los extraterrestres, OVNIS, UFOs, etc… Una legión de escritores, tertulianos, apóstoles, cienciólogos y demás alucinados,- y aprovechados-, han cultivado el mito, buscando los pingües beneficios que siempre ha producido lo misterioso, místico y sobrenatural.

Recientemente algunos artículos científicos han explicado ciertas “desapariciones” y accidentes extraños del triángulo de las Bermudas y otras zonas del mundo. La zona del Triangulo parece poseer cierta actividad volcánica por lo que se podrían producir emanaciones de metano provenientes de los hidratos de metano del fondo marino. Este gas provoca que la densidad del agua y del aire cambie. En el mar, podría modificar la flotabilidad de los buques, provocando hundimientos. Altamente concentrado, en el aire, podría hacer que los motores de combustión y reacción funcionasen mal al modificar la tasa de oxigeno y también podría alterar los datos de los aparatos de medición. De está forma, los altímetros podían indicar alturas excesivas lo que haría a los pilotos descender, pudiendo provocar que se estrellasen contra el mar.

A todo ello se unen los estudios que demuestran la existencia de olas gigantes, responsables del hundimientos de muchos barcos en todos los oceános. Estas olas monstruo que se creían extremadamente raras, al parecer, no lo son tanto.

De todas formas, los mitos siguen en nuestra mente alimentando la imaginación y el interés por descubrir el mundo que nos rodea y el que desconocemos. Las explicaciones míticas de la realidad suelen darle una pizca de sal a nuestra monótona verdad. No obstante, no podemos cerrar los ojos y seguir a sectarios enloquecidos por el brillo de dólares, euros y demás divisas. Que no podamos explicar algo, no significa que no exista la explicación, simplemente quiere decir, que aún no la conocemos.