¿Cuántos de nosotros no disfrutamos tronar esas burbujitas de plástico que sirven para envolver ciertos productos? Un grupo de investigadores decidió saber por qué amamos hacer esto y la respuesta te va a sorprender.
Tu obsesión por explotar estas burbujitas se debe a que los seres humanos disfrutamos de la corta distancia entre acción y reacción, eso quiere decir que la sensación de recompensa de tu cerebro es mayor cuánto más inmediata es la respuesta.
Y es que cuando truenas las burbujitas de plástico, tu cerebro experimenta una gran satisfacción que ocurre en el momento. Asimismo, tu órgano cerebral necesita repetir ese estímulo satisfactorio las veces que pueda hacerlo (por eso reventar una burbujita no te basta).
La adicción de reventar burbujas de plástico no es la única sensación satisfactoria; muchas personas también disfrutan realizar procesos parecidos pero reventándose los granitos, por ejemplo.