Militar Develando la tecnología detrás del caza F-35

Cuando la Administración Obama anunció a principios de este año que el programa de cazas de combate F-22 se recortaría del presupuesto del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) para 2010, el sentimiento entre los empleados de Lockheed Martin Aeronautics Co. en la planta de Fort Worth, Texas, era amargo y dulce. La descomunal planta, 1 milla/1.6 km de largo y 0.25 millas/0.4 km de ancho, es el punto de reunión no sólo para el F-22, sino también para el próximo F-35 Lightning II, un sobreviviente indemne del proceso de reducción de presupuesto del Departamento de Defensa (DoD).

Desde una perspectiva de presupuesto, la preferencia del DoD por el F-35, o Caza Conjunto de Ataque (JSF), es comprensible. Su costo de 83 millones de dólares (dependiendo de la variante), es una ganga relativa en comparación con los 143 millones de dólares del F-22. Y el co-desarrollo del caza con los países socios de costo compartido asegura una larga lista de pedidos – Lockheed Martin planea entregar más de 3.000 F-35 hasta el año 2036.

Desarrollo a lo largo de docenas de años

Lockheed Martin es el contratista principal del F-35, habiendo ganado la licitación en octubre de 2001. Northrop Grumman y BAE Systems son los principales socios del proyecto. Las tres compañías están a más de la mitad de una fase de 12 años de Desarrollo de Sistemas y Demostración (SDD), que incluye la producción y prueba de 19 aeronaves.