La otra cara de los memes que circulan en redes sociales

Basta solo con un gesto, palabra o acción para que la imaginación de los usuarios de las redes sociales desaten su creatividad y conviertan lo que ven, con ayuda de herramientas como Photoshop, en burlas hacia situaciones cotidianas que para muchos puede causar gracia, pero para quienes han sido utilizados como ejemplo de burla, la historia es otra.

Lo anterior, que se conoce en el mundo de la Internet como memes, suele generar risas y una gran cantidad de reacciones hasta que se conoce la otra cara de la moneda.

Hace pocos días salió a la luz el origen del meme del hombre sin camisa, un sujeto oriundo de Dzidzantún, México quien padece de esquizofrenia y cumplirá 38 años en octubre. Su verdadero nombre es José Francisco.

El estado de salud de Francisco se vio afectado luego de que en su juventud, cuando disfrutaba del fútbol y la música, sus amigos, en medio de una fiesta, le inyectaron una sustancia desconocida que con el tiempo fue deteriorando su estado de salud.

Ahora las reacciones ante las imágenes en las que aparece, son diferentes. Quienes conocen su historia y vuelven a ver los memes que ha protagonizado ya no interactúan de la misma manera.

Laina Morris, conocida como la novia psicópata quien saltó a la fama desde el 2012, anunció, con el paso del tiempo, que la popularidad se volvió contraproducente.

Morris, en su más reciente video hasta la fecha, reveló que sufre de una depresión severa y que se encuentra bajo tratamiento psicológico para superar este difícil episodio que, con el pasar del tiempo; la fama y los ‘likes’, complicó más su situación.

“Sigo en Twitter, sigo en Instagram. Puede seguirme ahí, pero no me sigas en la vida real”, dijo.

Un último caso, pero no tan popular como los dos anteriores, es el del meme de la Diva de Oakley, quien tuvo una mala experiencia luego de verse en una gran cantidad de páginas de memes que utilizaron su foto de perfil como ejemplo de burla. Su nombre real es Débora y hoy en día tiene 22 años.

Los comentarios hablaban y criticaban su apariencia, aspecto que de inmediato puso su autoestima por el suelo luego de verse al espejo y pensar que se veía hermosa en ese entonces.

Lloró y se encerró en su cuarto para que nadie en la calle la reconociera. Según contó a medios internacionales, dejó el estudio y contempló la idea de quitarse la vida.

Hoy en día intenta vivir una vida normal y maneja la situación a tal forma que no le afecten más las imágenes de ella que ve redes.

En la actualidad las redes sociales son de vital importancia para las personas y por ende el bullying tiene un mayor riesgo y protagonismo con la divulgación de estas imágenes que años atrás parecían inofensivas.