Algunas preguntas que más escuchan los sexólogos

La mayoría de las personas tiene inquietudes sobre su cuerpo, acerca de lo que han experimentado o les gustaría experimentar en el ámbito sexual. Sin embargo, por muchas razones (en especial por vergüenza) a veces prefieren callarlas… ¡Te traemos las respuestas de algunas preguntas más frecuentes que escuchan los sexólogos!

¿Con qué frecuencia se debería tener relaciones sexuales?

Esta es una de las preguntas más comunes que efectúan los pacientes cuando van a una consulta. Con respecto a esto la Dra. Beatriz Literat expone que:

Sin embargo, nunca hay nada escrito sobre piedra cuando de este tema se trata, Literat también explicó que hay muchas personas que aun teniendo más de 50 años de matrimonio tienen una vida sexual “tan activa como la de un par de recién casados”. Solo tengo orgasmos cuando me acarician o me acaricio el clítoris, ¿es normal?

Sandra Lustgarten, psicóloga, sexóloga clínica y educadora sexual, explica que la gran mayoría de las mujeres no puede alcanzar el orgasmo mediante la penetración si no hay contacto directo con el clítoris.

¿Mi pareja se masturba?

La sexóloga Ruth Ousset afirma que es una de las inquietudes más habituales en sus pacientes, tanto masculinos como femeninos. Sin embargo, mientras a las mujeres les ‘preocupa’ porque piensan que tiene que ver con que ellas no son capaces de satisfacer a su pareja, a los hombres les excita e intriga a partes iguales imaginarse a su pareja dándose placer en soledad.

¿Si no hay orgasmo significa que el sexo no es bueno?

El orgasmo, aunque es algo poético y digno de disfrute, no determina la calidad del sexo. Muchas veces hay orgasmo y el acto sexual no fue placentero ya que solamente estuvo presente el reflejo nervioso de la contracción pero ninguno de los componentes sensoriales, emocionales y afectivos que le dan el significado tan poético y mágico que tiene, explica la sexóloga Beatriz Literat. Por otra parte puede haber un hermoso y significativo encuentro sexual sin orgasmo, o con clímax de uno de los miembros de la pareja y no del otro.