Familiares de José Antonio Valderrama, de 19 años de edad, se encontraban este jueves en la medicatura forense de Bello Monte, gestionado la entrega de un documento para darle cristiana sepultura. El joven figura entre las cinco personas que resultaron muertas por el estallido de una granada, en las inmediaciones del urbanismo Gran Misión Vivienda Venezuela “Felipe Acosta Carlés”, ubicada a la altura del kilómetro 7 de la carretera Panamericana. El cadáver fue entregado el pasado miércoles, ya que la familia completaba el dinero para los gastos funerarios.
Como se recordará. El pasado lunes a eso de las tres de la madrugada, varios vecinos bajaron de los edificios ante los gritos de sujetos que indicaban que habían llegado alimentos. Un grupo delictivo se había apoderado de un camión de pollos beneficiados y lo estaban vendiendo a bajos precios. Al parecer, un grupo delictivo colocaba obstáculos en la carretera Panamericana y se apoderaba de transporte de alimentos.
Uno de los delincuentes, manipulaba el artefacto explosivo que estalló con el lamentable saldo de 5 personas muertas y otras 6 heridas.
Indicaron los deudos de Valderrama, que el joven era bachiller de la República Bolivariana y decidió presentar pruebas de admisión en la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y fue aceptado. Este jueves tenía que presentarse porque fue preseleccionado para formar parte de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la PNB.
Valderrama, mientras esperaba ser llamado a la PNB laboró en un comercio ubicado en Catia, al oeste del Distrito Capital, dedicado a la venta de animales vivos, como gallinas, conejos y pollos, entre otros.
Era soltero no deja hijo, practicaba el basquebol y era considerado un muchacho solidario y colaborador con sus vecinos. Fue impactado por esquirlas de granada. Lo auxilió un vecino que lo trasladó aún con vida al Hospital Periférico de Catia, donde no lo pudieron atender por falta de insumos y lo llevaron al otro extremo de la ciudad, al este, al Hospital de los Seguros Sociales Dr. Domingo Luciani, pero ingresó sin signos vitales. Era el segundo de 12 hermanos.
EFRÉN PÉREZ HERNÁNDEZ | el siglo-Caracas
