Las investigaciones en relación a la muerte del profesional del Derecho, identificado como Rafael Eduardo Aguirre Canelón, de 47 años de edad, padre de dos hijos y otro que viene en camino, se orientan hacia un presunto acto de venganza que podría estar vinculado con el ejercicio de su carrera.
Pesquisando el caso, se dijo que las celdas del teléfono de la víctima abrieron en San Vicente, al oeste de la ciudad de Maracay, y se sospecha que los autores materiales residen en esa comunidad.
También se maneja la tesis que los delincuentes habrían ajusticiado al jurista en ese sector del municipio Girardot y luego, tratando de aparentar que San Vicente, es una zona tranquila, botaron el cadáver en la calle El Canal de Brisas del Lago.
Su cuerpo, en avanzado estado de descomposición, fue localizado este domingo a las 3:00 de la madrugada, presentando dos disparos a nivel del pecho, se comentó a los reporteros.
Tras el hallazgo del cadáver, el gremio de profesionales del Derecho mostró su indignación y repudio contra quienes ejecutaron ese crimen. Se habla de autores intelectuales y materiales.
Aguirre Canelón era un reconocido abogado penalista, y su mayor actividad la venía desarrollando en el Palacio de Justicia de Maracay, además, fungía como docente en la Universidad Bicentenaria de Aragua.
También incursionó en la actividad comercial. Sus amigos informaron que tuvo varios negocios, donde le fue muy bien y luego ante la situación país, se vio obligado a retomar la jurisprudencia.
En ese mundo se desenvolvía el abogado, y el viernes pasado, se acercó a la residencia de su señora madre, ubicada en El Limón, cuando recibió una llamada telefónica.
No dijo para donde iría. Salió en un vehículo de su propiedad, un Toyota Corolla, de color gris, matrícula JAM96, el cual desapareció e igualmente el teléfono, entre otras evidencias.
En función de llegar a la verdad de los hechos, comisiones de la Base de Homicidios de Maracay, vienen adelantando las investigaciones. Por el momento no hay nada claro, solo rumores de distintas aristas, y sólo habrá que esperar el resultado de las pesquisas.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
