Una comisión de expertos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, perteneciente a la Base de Homicidios de Los Teques del estado Miranda, inició las averiguaciones en relación al crimen cometido contra un aviador, hecho ocurrido en la madrugada del jueves en la Autopista Regional del Centro en dirección a Caracas.
Se informó que el funcionario, identificado como Joseir Pérez Ozuna, con el rango de Capitán de la Aviación, salió del Terminal de Pasajeros a la ciudad de Caracas, en donde trabajaba en la plaza del Hospital Militar doctor Carlos Arvelo.
Y a la altura del kilómetro 72, tramo correspondiente al estado Aragua, dos sujetos que viajaban entre los pasajeros, se levantaron de sus respectivas butacas desenfundando sus armas de fuego y cantaron a voz populi lo siguiente: “Esto es un atraco, señores”.
Al observar a uno de los ciudadanos vestido con la indumentaria de militar, uno de los delincuentes se le acercó y le efectuó un disparo, causándole la muerte en el traslado al ambulatorio de Paracotos.
Antes de llegar al referido centro asistencial, los hampones se bajaron del colectivo e inmediatamente se internaron hacia una zona boscosa.
Se presume que los homicidas forman parte de una banda de criminales conocida como “Los Sanguinarios de la Autopista”, la cual tiene varias modalidades de incursionar a lo largo y ancho de la ARC, cuyo hecho es investigado por el Cicpc.
La primera de ellas es que en horas nocturnas, los malvivientes arrojan dispositivos metálicos en el tramo correspondiente entre San Mateo, en Aragua; y Paracotos del estado Miranda para obligar a los conductores a detener su marcha luego de que se estrellan contra objetos extraños.
Seguidamente proceden a realizar “su agosto”, apoderándose de objetos personales y dinero en efectivo o en su defecto, ejecutan sus actos criminales cuando observan resistencia a sus acciones delictivas, se informó a través de fuentes vinculadas a las investigaciones.
Y la otra modalidad consiste en que los delincuentes abordan las camionetas de pasajeros en los terminales de las principales ciudades de Aragua o sino en los puntos intermedios. Tras unos cuantos kilómetros de recorrido, los supuestos pasajeros desenfundan sus respectivas armas de fuego sometiendo a los pasajeros que se desplazan a sus ciudades de origen.
Los operadores de las referidas unidades de transporte público, incurren en un error garrafal. Resulta que la mayoría de los conductores y el personal de seguridad del Terminal de Pasajeros no revisan el equipaje e igualmente a los usuarios del transporte.
En muchos casos, se maneja la hipótesis de la complicidad. Por lo tanto, es obligatorio que los transportistas verifiquen a los pasajeros a la hora de que se aborden las unidades colectivas para evitar que hechos de tal naturaleza se repitan.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
