El huracán Dorian se sigue fortaleciendo y llegó a categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, sobre un máximo de 5, con vientos máximos sostenidos de 115 millas por hora (185 km/h) en su camino lento hacia Florida, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE.UU.
El poderoso ciclón se mueve en dirección noroeste y lo hace cada vez más lento, a de 10 millas por hora (17 km), lo que le permite organizarse mejor y ganar aún más potencia.
Este huracán, extremadamente peligroso supone una amenaza significativa para Florida y el norte de Bahamas, alerta el NHC, que envió un avión caza huracanes que les confirmó que Dorian es ya un huracán de categoría mayor, más de 3 en las escala Saffir-Simpson.
El ojo de Dorian, pronostican los meteorólogos, debería pasar lejos del sureste y centro de Bahamas este viernes y sábado, estar cerca o sobre el noroeste de Bahamas el domingo y aproximarse a Florida el lunes por la noche.
Un desierto de agua embotellada
Esto es como un desierto, lamenta un cubano al salir de vacío de la enésima tienda que visita en Miami en busca de un agua embotellada que, junto con la gasolina y los sacos de arena, se presenta como producto de primera necesidad para encarar el impacto del extremadamente peligroso huracán Dorian.
Los madrugadores tuvieron premio antes de que volasen las botellas, no así alguno que, apurado, entra en la tiendas pasados ya varios minutos desde las 7.00 de la mañana preguntando ¿todavía queda agua?.
Esta queja se repite una y otra vez en la ciudad, lo que llevó al alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, a asegurar en su cuenta de Twitter que los residentes no necesitan comprar agua.
El agua de Miami Dade que entra por la pila de la casa es excelente», dijo el mandatario que tan solo recomendó llenar los «contenedores para estar preparados.
Los que se acercan hasta allí, comprobado que no tuvieron suerte, miran con otros ojos las bebidas azucaradas, que poco a poco van desapareciendo, sobre todo las tónicas y las que tienen sabor a limón. Cuánto más blanca la bebida mejor.
Algo que se parezca al agua, dice a Efe la venezolana María Rodríguez mientras mira los estantes y lamenta que la gente haya entrado en pánico, pues el huracán no empezará a sentirse en Miami hasta dentro de tres días.
Después de pensárselo, Rodríguez apuesta por algo con sabor a naranja y unos vinos.
Otra mujer pregunta cuándo recibirán más agua a una dependienta que se encoge de hombros y dice resignada: Es impredecible.